ya con los colores de la nueva imagen diseñada por Ken Kato, siguen sin conocerse las verdaderas causas que hicieron caer la segunda parte del contrato del Boeing 757 con el contratista nigeriano.
En la pasada jornada consultamos fuentes oficiales y se nos dijo que no hay declaraciones; en el momento de escribir este artículo, aún no hemos obtenido respuesta del lado del personal de a bordo afectado a dicha operación y que regresara a Montevideo, el pasado viernes.
De todos modos, pudimos ir atando cabos y construir nuestra propia versión de los hechos.
Si bien hubo momentos en que las medidas gremiales adoptadas por los pilotos hizo temer que el negocio se cayera a los pocos días de comenzar, todo parece indicar que de parte de la empresa, no existe la menor intención de pasarle tal factura a sus comandantes; por el contrario, luego del acuerdo alcanzado en la selección del primer grupo que viajó a instruirse a Madrid para volar los CRJ900, reina un ambiente positivo, reforzado con la presencia de Matías Campiani en Arabia Saudita, compartiendo la celebración del fin de año con toda la tripulación.
No sabemos con exactitud que fue lo que pasó pero, intuímos que el verdadero motivo estuvo en el relacionamiento con el contratista que en ningún momento llegó a ser fluído y normal.
Tenenos conocimiento que se está trabajando denodadamente para ubicar nuevamente al 757 hasta abril, que es cuando finaliza el arrendamiento y será devuelto.
Estarían bastante avanzadas algunas negociaciones pero en ese sentido, el silencio es sepulcral, al menos nosotros no hemos tomado conocimiento de ninguna pista que nos lleve a develar la verdad.