Llegué por una gentil invitación de la Royal Caribbean International, gracias a Aníbal Rivero; volando por COPA, con la cobertura de Advantage Travel Assistance y la colaboración de Transhotel Traslados y Paseos. En Miami, el amigo Daniel Romagnoli y su familia, me abrieron las puertas de su encantadora   casa de Miami Lakes.

El lunes amaneció semi nublado, un día ideal para pasear por la Florida. Desde la zona de Miami Lakes, cerca del aeropuerto de Opalocka, fuimos hacia el oeste, a Weston, para luego cruzar hasta el Atlántico, y hacer un recorrido por la costa, desde Fort Lauderdale - adonde iré a embarcarme en el “Oasis of the Seas” – bajando por Collins Avenue, pasando por las glamorosas Hollywood y Sunny Island, Bal Harbour con sus impactantes condominios, Surfside, y llegar a la muy famosa Miami Beach, para internarnos en Ocean Drive, y apreciar el movimiento de esa zona donde destacan hoteles y edificios art deco que son un icono de la ciudad.

Atravesamos la Biscayne Bay para observar el puerto de Miami, y llegar al Downtown, y al punto cero de la ciudad, Flagler Street, y de allí recorrer el distrito financiero, por la elegante Brickell Avenue, con edificios modernos que reflejaban el sol.

Para los que gusten de la playa, arenas blancas, mares turquesas y azules, muchas posibilidades de entretenimiento para todas las edades y todos los bolsillos. Hoteles alucinantes, o pequeños hotelitos cerca de la playa, pubs, bares y restaurantes de todas las cocinas del mundo. Elegante, luminosa, crisol de razas, de idiomas, donde el español se oye hablar por todos lados, esa es la Miami moderna, atractiva, encantadora, una ciudad para volver.

La próxima crónica será a bordo del Oasis of the Seas.

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Miami Lakes

El glamour de Bal Harbour

Desde el Downtown, la entrada al parking del Bayside y al fondo, el puerto de Miami

La Flagler Street, el corazón del Downtown