por Lic. Elena Villar
desde Perú
En la Universidad nos enseñaron que la mejor planificación en cualquier
área de la economía o de la vida misma, podía derrumbarse ante una
variable estocástica (lo impredecible), todavía no sabemos cuales
serán las consecuencias futuras en cuanto a turismo de nuestro
principal ícono ante este ataque despiadado de la naturaleza y el
cambio climático.
Se tendrán que tomar nuevas estrategias para ofrecer
seguridad a los turistas y eso lleva tiempo, porque las imágenes
pasadas en todo el mundo a través de la TV fueron realmente aterradoras
y ciertamente los pedidos de auxilio de los turistas extranjeros eran
alarmantes.
Nosotros no recordamos haber sido testigos de algo semejante en el Cuzco y que los turistas se hayan quedado incomunicados por fenómenos naturales (lluvias torrenciales, desbordes de ríos, huaicos,) que bloquearon carreteras.
De acuerdo a las primeras estimaciones se calcula que las pérdidas en infraestructura superarán los S/.1.000 millones, más el Ministro de Transportes, Enrique Cornejo, indicó que todavía es prematuro hablar de cifras, porque las vías, en su mayoría, siguen debajo de lodo y piedras.
No obstante el Perú no está sólo en cuanto a esta indeseada variable, así recordemos los miles de turistas que murieron en Tailandia con el Tsunami, los recientes terremotos en Haití y tantas tragedias de las cuales nadie es responsable sino el destino ¿o cambio climático tal vez?.
La gran noticia es que Machu Picchu, como todos los lugares que forjaron nuestros antepasados, está incólume, ha resistido perfectamente los embates de la naturaleza, en primer lugar, porque está construido en altura (2.438 s.n.m) y segundo, porque tiene todos los drenajes hechos en aquella época, los que no han sufrido en absoluto.
No podemos dejar de significar el trabajo en conjunto del Gobierno y el sector privado que se unieron para poder evacuar a más de 2,000 turistas que se encontraban en ese momento en Aguas Calientes o Machu Picchu Pueblo, que es la entrada a la ciudadela de Machu Picchu. Fue un trabajo arduo y agotador.
Ahora sólo queda seguir unidos para trabajar y convencer a los turistas que visitar nuestro ícono turístico es seguro, contra la estocástica, nadie puede, porque como dice la canción Ni Dios lo dispuso así porque Dios no es represor ni castiga a nadie. Ahora empieza la peor parte, la reconstrucción de esta zona del Perú porque no sólo se ha afectado al turismo, sino que también son miles de hectáreas cultivadas que se han perdido, cientos de familias, lo han perdido todo, pero creemos que lo más difícil es recobrar la confianza en nuestro país, y eso mis queridos compatriotas es tarea de todos los peruanos.
fuente: Turista Magazine