desde cámaras de observación hasta armas, y, lo más sorprendente, algunos son autónomos de guía humana.
Se trata de los UAV (Unmanned Aerial Vehicle, Vehículo Aéreo No Tripulado), también llamados UAS (Unmanned Aircraft Systems) por la FAA, los cuales pueden ser controlados remotamente o volar autónomamente con guías de vuelo preprogramadas o sistemas dinámicos de automatización.
A diferencia de los misiles, los UAV son capaces de mantener el vuelo controlado y constantemente nivelado, impulsados por un motor jet o de pistones; son recuperables y no son en sí mismos el arma.
Se cree que el concepto de los UAV fue creado por Leonardo da Vinci, y uno de sus empleos prácticos se dio en 1849, cuando los austriacos utilizaron globos no tripulados para bombardear Venecia, que se protegía por sus canales. Posteriormente, durante la Primera Guerra Mundial, la idea fue puesta en práctica por Estados Unidos, con una variedad aérea del torpedo naval, el Hewitt-Sperry Automatic Airplane, que realizó una prueba exitosa en 1918.
Después de la guerra, el proyecto fue abandonado. Posteriormente, en los años treinta los ingleses experimentaron con vehículos radiocontrolados, como el DH.82B Queen Bee, derivado del biplano entrenador De Havilland Tiger Moth.
PARA ENTRENAMIENTO
Durante la Segunda Guerra Mundial, Reginal Denny, quien había servido al Real Cuerpo Aéreo Británico, emigró a EU, y además de hacerse actor, fundó la Radioplane Company, que en 1940 recibió un contrato del ejército por su RP-4, que se convirtió en el OQ-2 Radioplane, del cual se construyeron casi 15 mil, empleados para entrenar artilleros antiaéreos.
En EU usaron miles de Culver PQ-14s, versión radiocontrolada del obsoleto Culver Cadet, avión civil de dos pasajeros, para usarlos como blancos. También utilizaron, aunque con poco éxito, bombarderos B-17 y B-24 como torpedos aéreos radiocontrolados. Unos cuantos pulsejets (aviones cohetes) fueron fabricados y usados como blancos. A partir de la Segunda Guerra Mundial cada vez fue más común el uso militar de los UAV.
En los años cincuenta, Northrop diseñó un blanco impulsado por un motor turbojet capaz de alcanzar Mach 2 de velocidad, para estar al nivel de los nuevos jets de combate. En esos años también comenzó el uso de naves no tripuladas para reconocimiento, paralelamente desarrolladas por los rusos.
Con la miniaturización de la tecnología, el interés por el uso de estos vehículos creció. Las generaciones iniciales consistieron en unidades de vigilancia, pero las últimas generaciones han sido adaptadas con armas, tales como misiles aire-tierra.
SE MILITARIZAN
Actualmente los modernos UAV empleados como blancos militares son lanzados por aviones a través de rieles, usando cohetes o por una catapulta hidráulica, electromagnética o neumática. Otras aplicaciones son para reconocimiento, espionaje, vigilancia, salvamento y eventualmente el combate de incendios forestales y fumigación agrícola.
En combate se usan para ataque, bombardeo, ataque electrónico, transmisión de comunicaciones en tiempo real unidos con plataformas en tierra, aire, mar y con satélites, y ulteriormente para combate aire-aire.
Los UAV armados son llamados UCAV (Unmanned Combat Air Vehicle), y su empleo aumentó en la guerra de EU con Afganistán (2001). Durante la Guerra del Golfo, fuerzas armadas irakíes se rindieron a los UAV del barco USS Wisconsin.
En diciembre de 2002, el primer combate aéreo de un UAV tuvo lugar cuando un Mig 25 irakí y un RQ-1 Predator de EU se dispararon misiles. El Mig destruyó al Predator. Durante las operaciones Enduring Freedom e Irakí Freedom, en 2005, los UAV realizaron más de 100 mil horas de vuelo.
MAYOR DESARROLLO
El desarrollo de los sistemas UAV más modernos tiene que ver con su capacidad de autonomía, es decir de tomar decisiones sin ayuda humana, siendo este punto el más complicado a desarrollarse, y por ser políticamente delicado. Sólo el tiempo dirá qué tanto se permite el uso de esta tecnología.
Lo anterior, debido a que estos aviones no tienen las limitaciones físicas que atañen a los pilotos, al poder volar una gran cantidad de horas. Los prototipos solares-eléctricos tienen el potencial de volar indefinidamente. Actualmente los UAV no tienen la capacidad para reabastecerse de combustible en el aire, pero la Fuerza Aérea de EU está promoviendo la investigación en ese campo.
Hay UAV miniatura que pueden ser cargados por un soldado y lanzados como un misil antiaéreo portable, y del tamaño de un jet pequeño de combate, pesando desde menos de medio kilogramo hasta más de 18 toneladas, con un costo que va de unos cuantos miles hasta millones de dólares. En cuanto a independencia, el Boeing Condor UAV tiene el récord de 58 horas 11 minutos en vuelo continuo.
Algunas cualidades de estas plataformas son su mínimo mantenimiento, largas temporadas de almacenamiento, control de misión con mínima supervisión humana y capacidad de regresar a casa de manera autónoma.
Hoy en día en Internet se pueden encontrar cerca de 200 distintos modelos de UAV fabricados por 25 países, incluyendo los desarrollados por privados y los proyectos de fuente abierta. Del total, 79 son de EU, de los cuales 44 son modelos militares, cinco no militares, 23 privados y siete de acceso libre.
La Unión Americana posee 60 por ciento del mercado, siendo los constructores dominantes Northrop Grumman y General Atomics, con los sistemas Global Hawk y Predator/Mariner, respectivamente. Europa e Israel poseen 4 por ciento. Los gobiernos europeos tienden a adquirir sistemas estadounidenses debido a su mayor capacidad para desarrollar estos aviones que no dejan huella.
Pablo Romay / Revista Entrelíneas