mausoleo-slider-intro-1920x400
mvdmausoleoslider-intro-1920-400
pocitosslider-intro-1920-400
solis-slider-intro-1920x400
Viernes, 24 Octubre 2008 13:30

Terminal de ómnibus de Colonia: así no

 Esta mañana, terminábamos la edición que salió más temprano en el hotel Sol Colonia cuando se nos quedó sin funcionar momentáneamente la computadora portátil y debimos tomar la decisión de salir a buscar un ciber.


Como ya debíamos regresar, lo hicimos caminando hacia la terminal y en el camino encontramos uno, en el cual nos dijeron que por un rato, no tenían Internet.

Seguimos hacia la terminal e ingresamos al que está dentro del edificio.

Para editar, necesitamos un par de programas que necesariamente debemos bajar cuando trabajamos en una PC ajena, cuando quisimos hacerlo con el que nos permite reducir imágenes, nos salió un aviso que no estaba permitido, que había que tratar con el administrador, le preguntamos a la chica a cargo y nos respondió: "si no está el dueño, no se puede bajar nada".

Sacamos del bolso la cámara digital y el cable, hicimos la conexión al puerto usb y otra vez el mismo problema, volvimos a consultar y obtuvimos la misma respuesta; decidimos enviar el diario sin la nota principal y venirnos a Montevideo.

Cuando preguntamos cuanto debíamos, por un poco más de 30 minutos nos dijeron: $45 !!!, la hora la cobran $60 !!!, en Montevideo debe andar en $20 la hora en todos lados.

Compramos el ticket para media hora más tarde y nos dirigimos a la confitería de la terminal para comprar algo que pudiésemos comer rápidamente y preguntamos si había panchos y extrañamente, la chica nos respondió: "si, hay panchos, cuestan treinta pesos..."; evidentemente, debe estar acostumbrado a quedarse con los panchos encima del mostrador cuando se los van a pagar, en Montevideo cuestan $17 en bares céntricos.

Como teníamos apetito y ya se nos iba el bus, compramos un sandwiche cuadrado de pan negro y una cola light, "son cien pesos nos dijo la chica", a esa altura estábamos entregados, sin protestar, pagamos con un billete de $200 y notamos que demoraban en darnos el vuelto.

Cuando finalmente nos lo trajeron, créase o no, nos dieron un billete de $50, tres monedas de $20, dos de $5 y ¡diez!! de un peso.

Seguramente, no darnos un billete de cien o dos de cincuenta de vuelto,fue una directa alusión a la propina...habría que avisarle a la chica que si cuando llegue la hora de irse, no le llegó mi propina, que se vaya nomás.

Si ustedes leen la nota principal de esta edición especial, comprenderán el porqué de esta nota que podríamos haber obviado; no somos importantes como para que nuestros lectores deban leer nuestras viscicitudes personales, lo hacemos para que vean , principalmente los colonienses, cual es la mejor manera de destruír todo lo que se consigue con acciones como las que motivaron nuestro viaje.

¿De qué sirve el desvelo de todos quienes trabajan para llevar turismo a Colonia si en un punto tan importante como es la terminal de buses, en dos comercios que ingresamos nos mataron con los precios y nos atendieron muy mal?

SAH