El suplemento "O2" del diario El Observador de Montevideo del día sábado 11 de agosto de 2007 hace una reseña acerca del comportamiento de algunos grupos de uruguayos que cuando viajan al exterior se valen de cualquier recurso para "divertirse". Enmarcadas bajo el título "Pequeño catálogo de vivezas criollas" se relatan diversas historias, generalmente con protagonistas jóvenes, en las cuales como forma de destacarse y hacer las cosas que jamás harían en su propio país, los muchachos uruguayos desafían las normas que regulan el orden y se enfrentan a posibles sanciones de autoridades locales y hasta del propio grupo al que pertenecen.

Entre algunos de los relatos se cuenta la ocasión en la cual un grupo de muchachos organizó a bordo de un crucero una fiesta de disfraces que cuando llegó a su punto máximo de diversión con su proporcional estado de intoxicación alcohólica (por lo menos...) culminó con buena parte del grupo en calzoncillos y bombachas en una de las piscinas del barco. Al coro de "a la una, a las dos y a las tres..." hasta uno de los encargados de seguridad del crucero terminó chapoteando en la piscina cuando, supuestamente, fue confundido como uno de los disfrazados del grupo. Además de las explicaciones necesarias, luego de haberse refrescado y de haber recuperado cierto estado de conciencia, el grupo debió responder por el maltrato a uno de los funcionarios del barco, así como, por la destrucción de un handie y de varias sillas y sombrillas que formaron parte de la escenografía del bailongo en altamar.

Pero a continuación transcribimos (de manera textual) lo que publicó el mencionado matutino el pasado 11 de agosto, bajo el título "Obra de arte sospechosa": "Parte de la tripulación de Pluna llegó a un estado de gran ebriedad en su jornada libre en Madrid. En el hotel donde se hospedaban, uno de ellos se desplomó inconsciente. Sus compañeros no lo abandonaron, y actuaron en forma solidaria con el colega malherido. Formando una camilla humana lo trasladaron por los pasillos del hotel hasta la habitación correspondiente. En el camino hacia el cuarto, uno de ellos tuvo la ocurrencia de descolgar un "bonito cuadro de gran tamaño" de una de las paredes y dejarlo arriba de la cama sobre el pasado de copas. Al día siguiente, las mucamas entraron y se indignaron ante el panorama del huésped durmiendo con la obra de arte como una sábana. Inmediatamente hicieron el reporte de los hechos al conserje: "Uno de los uruguayos se quiere robar un cuadro".

El texto del mencionado diario relata los hechos acusando a una empresa y a una parte de sus funcionarios de tener un comportamiento no demasiado decoroso, alejado de las normas y de las buenas costumbres de las cuales tantos uruguayos nos hemos enorgullecido como uno de los factores más identificables de la cultura de todo uruguayo bien nacido. Si lo que este diario relata es cierto, debería haber citado la fuente (más allá de su derecho de reserva...), como también debería haber individualizado a los protagonistas de la historia contada. ¿O acaso cada vez que sale una avión de Pluna a Madrid a bordo va un grupo de energúmenos dispuestos a hacer cualquier cosa en el exterior? (Y encima están a bordo de un avión...). ¿Será que en cada oportunidad en la cual salió un avión de Pluna, "bancado" por el Estado uruguayo (vale decir: por todos los uruguayos), sucedió algo parecido a bordo de la propia aeronave o en el hotel donde se hospedaron las tripulaciones? ¿Es para esto que todos los uruguayos mantuvieron a una empresa que se caía a pedazos? ¿Qué les pasó a los muchachos de Pluna? ¿Creían que no trabajarían más en la empresa, pues se estaba fundiendo y, no vieron mejor forma de "despedida" que hacer cosas como las que se relatan en el diario citado? ¿Es esa la representación normal en el exterior de la línea de bandera uruguaya? ¿Es una costumbre de las tripulaciones de Pluna comportarse de esta manera cuando deben permanecer algunos días en el exterior?

En definitiva, los excesos de grupos de muchachos (en su mayoría) cuando van al exterior, ya sea por motivos laborales y más aun cuando se trata de viajes de vacaciones, son hechos que pueden forman parte del comportamiento de los jóvenes. Claro, todo tiene sus limitaciones. Y en este caso parecería que a los muchachos de Pluna se les fue la mano. Como se les fue la mano también a los muchachos del diario El Observador, haciendo referencia a un hecho que si fue verdad debió haberse identificado, "aterrizándolo" a la realidad de los involucrados, en vez de presentar a todos los integrantes de la tripulación de Pluna como potenciales "fiesteros".

Ah, es de suponer que el diario "El Observador" no fue abordado el mencionado día en los aviones de Pluna. Queremos suponer que los "filtros" hicieron su labor, pues, suponemos que tienen entre su personal gente especialmente calificada para estos casos