. Sobre el deporte, dice que faltan recursos y que se sigue trabajando por el cambio y contra los monopolios.
-Ministro, ¿a qué tiempo estamos de que en el país haya una política de Estado para el turismo? Salvo que usted me diga ahora que ya la hay...
-Se está construyendo esa política de Estado. Sería una pedantería decir que ya existe, y menos aún cerrada, completa, aunque, en realidad, nunca debe estarlo porque ésta es una actividad de gran innovación y de cambio permanente. Pero hay políticas, hay opciones estratégicas y hay una línea de trabajo con el sector privado y el público departamental muy fuerte, a través del Consejo Nacional de Turismo, el Conatur. Por allí, y sobre la base de una acumulación que teníamos en turismo y que siempre la he reconocido, se está construyendo esa política de Estado.
-Veamos otro aspecto. Una política de Estado a su vez implica que el turismo tenga relación y apoyo una retroalimentación, si usted quiere con otros organismos: ministerios de Educación y Cultura y de Transporte, intendencias, etcétera. ¿Cómo viene por ahí la cosa? Y le pongo un ejemplo que ya he usado: en cierta oportunidad se quiso organizar un tour turístico para extranjeros por las históricas casonas de Villa Colón. No se pudo, tanto por algunos problemas viales como por el espantoso olor que salía del cercano Pantanoso. Claro, no hubo las coordinaciones necesarias.
-Mire, nuestro ministerio es el único que, de hecho, integra los tres gabinetes que el gobierno tiene en este momento. Primero, el gabinete productivo, porque es una formidable fuente de ingresos; fíjese que vamos a superar los 1.000.000.000 de dólares entre el turismo externo, o sea el receptivo, y el turismo interno que ha comenzado a moverse muy bien. El turismo genera 50.000 puestos de trabajo directos y al menos 130.000 indirectos en un cálculo conservador. Es una revaloración del sector, vinculado ahora al Uruguay productivo, y es un cambio de la perspectiva programática de la izquierda. No muchos años atrás, el turismo era relegado, no visto con la trascendencia que se le ve hoy en el programa. Segundo, integra el gabinete social; estamos implementando un sistema nacional de turismo social, que es realmente una innovación, dar el mismo derecho al turismo a tres millones de personas; y también integra el gabinete social por el deporte...
-De ese tema vamos a hablar enseguida, ministro...
-Bueno, muy bien... Y de hecho hemos planteado al ministro Brovetto integrar también el gabinete de la innovación, porque ésta es una actividad de permanente cambio, donde hay que aplicar continuamente nuevas tecnologías. De modo que el turismo y el deporte tienen una gran transversalidad y estamos coordinando al máximo con distintos organismos e instituciones. Este ministerio quizás no tenga demasiadas competencias explícitas o jurídicas, pero como tiene intereses que recorren a casi todos los sectores transversalmente, hace mucha tarea de articulación política y de gestión.
-¿Usted siente que ya está diseñada una idea de turismo para todo el año?
-Eso también está en proceso. Es un gran objetivo estratégico romper la estacionalidad. De hecho, en algunos lugares, el corredor termal por ejemplo, ya tenemos temporadas altas y bajas con muy buena repercusión. Uruguay tiene que diversificar los productos, diversificar los mercados y extender la temporada. A eso también apunta el turismo social y el mayor dinamismo del turismo interno, usando gran parte de la infraestructura que permanece ociosa. Uruguay, por cierto, no va a sustituir el "sol y playa" que es su producto insignia...
-Pero lo puede complementar...
-Exacto, sin ninguna duda, lo puede complementar con el desarrollo de los otros sectores: el turismo histórico, el turismo de cruceros, el turismo rural o de aventura, que cada vez tiene una mayor demanda, más allá de que es un producto rezagado. Yo le diría que un aspecto fundamental para todo el año tiene que ver con Uruguay como sede de grandes eventos y conferencias. Próximamente se llamará a licitación, tanto en Montevideo como en Maldonado, por lo menos, a grandes infraestructuras para la realización de convenciones, congresos, y que tengan espacio además para la realización de las famosas ferias. En este tema venimos creciendo y hay proyectos encaminados. A esto hay que sumarle, por ejemplo, el turismo náutico, o el de avistamiento de cetáceos, para el cual firmé ayer un convenio, o el de avistamiento de aves...
-Que tiene en el mundo un extraordinario desarrollo y congrega a turismo de alto poder adquisitivo...
-Pero, aparte de eso... mire, en el Uruguay ya tenemos más de media docena de clubes de aficionados a este tipo de avistamiento. Influye, claro, en el turismo extra regional, ha hecho crecer al turismo europeo y americano. Y hay otra cosa que quiero destacar: las llamadas "operaciones de retiro", es decir, convocar a gente de muy buen nivel adquisitivo a que hagan su retiro, su tiempo de jubilación, en este Uruguay natural.
-Como en su momento hizo España con el archipiélago canario, que vive del turismo en general pero, sobre todo, del retiro de jubilados alemanes, suizos, británicos... Claro, eso es posible en la medida que uno les ponga a disposición todos los servicios necesarios.
-Bueno, en materia de servicios se está mejorando pero falta mucho todavía. Incluso si usted mira esta explosión inmobiliaria que está viviendo Punta del Este, hay que llamar la atención y preguntarnos si los servicios vinculados al turismo pueden absorber la cantidad de gente que eventualmente residiría allí. Está claro: en servicios tenemos que mejorar, por ejemplo en la atención en los aeropuertos... Y estamos trabajando con Migración, con la Aduana, para facilitar el acceso en los pasos de frontera, que es uno de nuestros objetivos. Y ojo: todo esto lo hacemos en nuestra condición de país bloqueado. He escuchado a muchos operadores decir que realmente y mire que yo trato de practicar ayuno de todo triunfalismo, porque creo que es mal consejero, si los puentes no hubiesen estado cortados, esta temporada hubiese sido realmente excepcional, con problemas de colapso en algunos lugares. Yo he dicho que estoy aprendiendo todos los días. Usted sabe, yo vengo de la política, no del turismo, pero después de dos años y medio puedo confirmar lo que alguna vez escuché: no tenemos límite para el crecimiento y el desarrollo de esta actividad. Estamos lejísimo del techo y el turismo es una apuesta muy fuerte del Uruguay.
Duplicar el ingreso
-Usted habló del ingreso que dejó el turismo en la última temporada. Hagamos una hipótesis: supongamos que para la próxima temporada ya no hay bloqueo de puentes, ¿qué techo se propondría para el ingreso de divisas?
-Los techos que se pueden poner guardan relación con un nivel básico de planificación y de previsión, para no matar a la gallina de los huevos de oro. El objetivo no es sólo el número, sino la calidad del gasto. Fíjese que por el bloqueo hemos tenido -6% de visitantes y, sin embargo, hemos incrementado el ingreso en divisas en más del 26%. De manera que depende de captar una mayor calidad del gasto: mayor estadía, más gasto per cápita, en fin...
-Pero, modestamente, partiendo de los 1.000.000.000 de dólares que ingresaron...
-Uruguay está recibiendo alrededor de 2.000.000 de visitantes por año, que para la escala nacional es un número muy bueno. En términos cuantitativos, en la medida que vamos completando la infraestructura, con inversiones en hotelería, gastronomía y demás, podríamos proponernos doblar el ingreso, o sea 2.000.000.000 de dólares. Pero, vuelvo a insistir, lo más importante es la calidad del gasto. Ciertamente, no es irresponsable una meta de ésas... Yo creo posible el equilibrio sustentable: cuidado del medio ambiente con el incremento generador de puestos de trabajo. Y creo, igualmente, que el Uruguay natural, como síntesis de expresión de calidad de vida, y que tiene que cuidar todos los aspectos, tiene un gran futuro... Ahí está la educación para que se tome conciencia de todo esto, está la seguridad en la elaboración de los alimentos, en las carreteras, en las playas y, desde luego, está la seguridad ciudadana. No hay límites. Uno, trabajando, se entusiasma con estas formidables posibilidades.
-¿Cómo siente que lo trató la Rendición de Cuentas con los recortes?
-Desde luego, uno siempre necesita más. Uruguay necesita invertir mucho más en materia de promoción. Pero vea que estamos invirtiendo, en total, prácticamente el doble de lo que el país invertía. Nos estamos acercando al consejo de la Organización Mundial del Turismo de dedicar a la promoción al menos el 1% de la participación del turismo en el PBI de un país. Debo decir que hemos tenido receptividad del Ministerio de Economía para atender demandas particulares, como han sido estas promociones "de emergencia" por el tema de los bloqueos: combustible gratis, exoneración de peajes, etcétera. No me puedo quejar, en términos relativos, si miro a los grandes desafíos y responsabilidades que tiene el país. No puedo decir lo mismo del deporte...
Deporte sin recursos
-Bueno, vamos a ese tema. Pero comencemos no por los recursos sino con otra cosa. Hay una imagen, que yo le he oído a usted describir, y que partió del propio presidente de la República, que sitúa, como objetivo a partir del cual desarrollar el deporte en el país, a Uruguay jugando el mundial de Sudáfrica en 2010. No es que lo haya dicho usted, ni él, ni que esté en el espíritu, pero ¿no es afincar demasiado el objetivo en el fútbol profesional, que quizás no sea lo más importante socialmente?
-Mire, en Uruguay esto siempre va a existir por lo que significa para todos nosotros el fútbol ¿no? Ahora, comparto plenamente que tenemos que abrir la cabeza y en estos días estamos convocando a un compromiso nacional por el deporte. O sea, a una gran mesa redonda con todos los actores involucrados, sin exclusión alguna, para ver si podemos retomar objetivos, valores, mística, auto estima... Es un tema de política nacional, también, en el deporte, que no significa que nadie deje de lado responsabilidades intransferibles: el Estado las suyas, igual que la sociedad civil, las instituciones, etcétera. Yo le diría que en deporte, el primer año hemos estado jugando en el área chica. Tal vez ahora estemos jugando en la mitad de la cancha, pero nos está costando mucho hacer un gol en el sentido de éxitos deportivos, recuperación de valores, en fin... Es probable que no haya todavía una política nacional en deportes, ya que eso es muy difícil de lograr dada la autonomía que tienen en las decisiones las grandes organizaciones, por ejemplo en el fútbol. Pero lo que sí es claro es que hay políticas en marcha, y lo que a mí me quita el sueño es el tema de la educación física en el sistema público. Estamos haciendo un gran esfuerzo económico, con las autoridades de la enseñanza, los docentes...
-¿Hay suficientes docentes de educación física para ese programa?
-Faltan, todavía faltan. Docentes y recursos para la calidad de la hora docente. No obstante, creo que vamos en camino de cumplir el objetivo que se fijó el presidente Vázquez mediante, además, la ley de obligatoriedad de la educación física en todo el sistema público escolar, si fuera posible en el preescolar y, si fuera posible, mejorarlo en Secundaria y llevarlo a nivel de la Universidad. Además, como otro gran objetivo, está el deporte social o comunitario, para volver a tener 114 plazas de deportes en todo el país en condiciones de ser fermento de actividad física, de recreación y de práctica de la educación física. Ahora, acá hay un problema de recursos muy grande, sin descuidar todo lo que tiene que ver con el fútbol profesional y con el deporte de alta competencia. Para esto último, también en los próximos días, estamos instalando la Fundación Deporte Uruguay, con el Comité Olímpico Uruguayo, con el sector empresarial, el ministerio, etcétera, directamente enfocada al deporte de alto rendimiento...
-O sea, para generar más recursos para apoyarlo.
-Claro, porque ahí están ocurriendo cosas muy importantes. Por un lado, la confirmación que han hecho los organismos competentes, Ministerio de Economía, BPS, de que las instituciones deportivas no pagarán aportes patronales, manteniendo la situación actual. Desde luego, hay que mejorar el archivo, hay que buscar más transparencia y evitar algunos abusos. Otra noticia importante es que el ministro Astori nos ha expresado su deseo de estudiar la posibilidad de otorgar exoneraciones fiscales a las empresas que colaboren con el deporte, sea amateur o profesional. Pero, claro, en este momento nos interesa sobre todo las selecciones juveniles, las formativas, la descentralización territorial del deporte... Creo que estamos con el equipo bien parado en la cancha, con ideas articuladas, para que, ayudados por una nueva Ley Nacional del Deporte que queremos construir entre todos, le hagamos un gol al pesimismo.
-Usted habló del deporte formativo, del practicado en las edades más tempranas. Recuerdo una iniciativa que, en su momento, tuvo un gran empuje: la Organización Nacional de Fútbol Infantil. ¿Eso sigue, hay interés en desarrollarlo más, puede incluir al baby fútbol?
-Sigue, hay muchísimo interés y yo creo que es un formidable instrumento de desarrollo de los mejores valores nacionales y del concepto de integración a través del deporte. Es un trabajo para niños y aun para niñas: hoy tenemos cerca de 1.000 niñas en este programa y seguramente es un fenómeno único en el mundo, pues ya hay fichados casi 60.000 niños. O sea federados. Esto supone una movilización impresionante por fin de semana en todo el país. Y esto incluye al baby fútbol. Ahí tenemos un equipo muy bueno, ahora encabezado por el doctor Alfredo Etchandy y otros grandes colaboradores. Nos han presentado un magnífico plan de trabajo, están proyectando competencias, con la idea de volver a aquellos encuentros deportivos estudiantiles que se han dejado y eran muy buenos para la movilización de los jóvenes. Pero hay más, porque el presidente está muy inquieto, en el buen sentido, con el asunto del deporte: está el programa "KO a la droga" que funciona muy bien. Hay que sacudir a la sociedad. Las estadísticas son preocupantes, somos una población sedentaria, con altos niveles de obesidad...
Casal y compañía
-Volvamos al fútbol profesional. En un primer momento se percibió y quizás fue un error una suerte de ofensiva del gobierno, encabezada por usted, para corregir algunas patologías que todo el mundo conoce. Hay quienes ven hoy a ese empuje como amortiguado, en una cierta relajación. ¿Se cree cumplido lo que el gobierno creyó que debía hacer, o habrá nuevos movimientos hacia el objetivo inicial? En realidad, el fútbol profesional no ha corregido demasiado sus patologías, más allá de algún cambio de autoridades...
-Nosotros dijimos: "ni intervención, ni deserción". Está en juego el bien común, por lo tanto el gobierno tiene no sólo el derecho sino la obligación de dar su opinión y de actuar. Creo que se viene en un proceso que involucra algo más que el cambio de autoridades. Hay avances en una percepción de la gestión que conlleva cambios graduales, que no pueden hacerse de la noche a la mañana. Había que tener cuidado, después del baño de agua y jabón con cepillo de alambre, de no tirar con el agua de la tina al niño adentro. Había cosas positivas que era necesario resguardar. Admito que aún estamos en el inicio de un proceso que va hacia un cambio de mayor amplitud y profundidad. Es necesario crear, desde las estructuras mismas del fútbol, con todo el apoyo posible, las condiciones para un cambio más fuerte. Vamos a hacerlo a través de la ley. La Ley del Deporte no va a dejar nada afuera, desde la mercantilización del fútbol infantil, hasta la transparencia del empresariado, la recuperación de autonomía de parte de las instituciones deportivas, la dignidad del trabajador del deporte... Lo que es intransferible es la voluntad de cambio. El fútbol uruguayo necesariamente debe cambiar.
-Bueno, tengo que dar algún nombre propio. Está en el imaginario colectivo y ni usted ni yo podemos pasar por inadvertidos. Sería una falta de respeto al lector. Acá está el señor Francisco Casal, sobre el cual hay aguas divididas pero, en términos de porcentajes, la mayoría cree que su poder tan grande el mayor contratista de jugadores y el dueño de los derechos de televisación de partidos es negativo y debe cesar. Pero hay algo más: la eliminación del impuesto a las transferencias deportivas pudo ser visto y no lo afirmo como una decisión en función de ese nombre propio, que, sin duda, se verá beneficiado. Era un recurso para el deporte que ha dejado de existir. Entonces...
-Dos o tres cosas bien concretas y comprometidas. Yo milito también en esto a favor del pluralismo, de la competencia, de la apertura del mercado y, por lo tanto, creo que no le hace bien a los sistemas las situaciones de monopolio. Esto es así y trabajamos en esa dirección, que refleja a una parte importante de la opinión pública. Ahí debe haber cambios, no por la vía de una aplanadora porque no sería realista ni responsable. Pero el cambio hay que hacerlo, para restablecer la claridad y la confianza en la relación empresario, Estado, etcétera. Ese es nuestro camino, a través de un diálogo que está abierto. En segundo lugar, es cierto que se derogó, entre los quince tributos que se derogaron en esta reforma, el impuesto a las transferencias deportivas: ese 5% del que iba la mitad para la lucha contra el sida y la otra mitad comillas para la promoción del deporte infantil y juvenil. Hasta ahora no se venía recibiendo todo lo que se recaudaba por ese impuesto, por razones de necesidades de Rentas Generales. Por otro lado, tenemos el compromiso de Astori de mantener ese destino, según la voluntad del legislador, para tales recursos. Usted dirá ¡pero se derogó el impuesto! Ocurre que no tengo la menor duda, en el marco de esta reforma tributaria que defiendo calurosamente como presidente de la Comisión de Programa del Frente Amplio, que con los controles que se van a exigir las transferencias van a aportar a los organismos de recaudación mucho más de lo que aportaban hasta ahora. Estoy seguro de que vamos a tener mayores recursos. Esta es mi visión sobre lo que usted plantea, una visión francamente optimista.
-¿Cuándo estaría pronto el proyecto de nueva Ley del Deporte?
-Es difícil, porque deseamos que transite un camino de gran participación y de consulta de todos los sectores. Este proyecto, en su