El Caribe es un destino que ya no da rédito y sí muchas dificultades. La crisis de EE.UU., el estimulante valor del euro, las perspectivas de crecimiento del turismo europeo y la apertura hacia Cuba, está cambiando la programación de los cruceros.
Estamos en el umbral de cambios muy importantes en la industria turística de los cruceros por varias razones: crisis, innovaciones, inseguridad, el euro y el dólar y un par de etcéteras. Hay demasiadas voces y repetidos comentarios en las páginas de las publicaciones internacionales que el Caribe no es más un "destino deseable" e incluso se habla de negocios poco rentables, costos locales de algunas islas elevados, afluencias masivas de turistas que desbordan la infraestructura de los escenarios visitados, falta de seguridad, infraestructura insuficiente, en un área donde las empresas turísticas luchan compitiendo por un dólar.
El dicho más común es que el "Caribe ya fue" y se está produciendo una revisión sobre el futuro de esa área considerando la situación de debilidad del gran mercado consumidor que son los Estados Unidos, por el momento. Parecería que Europa con su moneda fuerte, más opciones y mejor infraestructura, iría al rescate de muchas líneas de cruceros con enormes perspectivas de realizar temporadas económicamente exitosas y, de alguna manera, capear el temporal de los Estados Unidos.
El hecho es que ya hay líneas que se están preparando para instalarse en Europa, algunas sin dejar la base en Miami, donde se atiende desde siempre el Mediterráneo y Norte de Europa. Ya se anunció que Royal Caribbean, Carnival y Norwegian Cruisses lo están haciendo y de hecho las tres han reducido un 5% sus servicios en el Caribe.
La Asociación Internacional de Cruceros ha predicho que el mercado de EE.UU. sólo crecería un 1%, mientras que Europa andaría por el 20%. Así que hay enorme optimismo del crecimiento del mercado turístico europeo y se habla incluso que en los próximos años se producirá aquí un boom como lo tuvo Estados Unidos y el Caribe en años pasados.
Cuba
Ahora pasamos a otro tema: Cuba. Más allá de las numerosas líneas de cruceros que en la actualidad hacen excursiones a La Habana, el destino Cuba hace años que es bien deseado por las empresas turísticas. Lo hemos oído a bordo de algunos cruceros que visitan Montevideo y leído comentarios en publicaciones, que Cuba es un punto turístico que sobrepasa en interés y atracción a cualquiera de los destinos del Caribe.
Sólo que en la isla falta toda la infraestructura. Es fácil imaginar entonces que ante la eventualidad de un cambio de actitud de los Estados Unidos, habría una apertura y en consecuencia muchísimas líneas se van a lanzar a la conquista del mercado cubano. Seguramente y como consecuencia, no faltarán las inversiones en hotelería de las propias empresas turísticas y esto sin duda debilitará aún más el tradicional destino Caribe.
Se habla de una inversión de no menos de 500 millones de dólares para empezar. Del escenario Caribe, Cuba es la perla del área, desde siempre. Más aún, estando en Miami, exitosos operadores portuarios de origen cubano nos dijeron que apenas se abra Cuba ellos van a invertir en terminales portuarias no menos de 300 millones de dólares, porque es un punto ideal para hacerlo centro de distribución de cargas para todos lados.
Pero volviendo a Europa, que parece ser el nuevo atractivo para explorar y profundizar, dos pequeñas y exclusivas empresas de cruceros, Silversea y Oceanía anunciaron en su momento nuevas construcciones: la primera con un crucero de 36 mil toneladas para 540 pasajeros a entregar a fines de este año con opción a dos y la segunda, Oceanía, con la construcción de dos cruceros con Fincantieri de 65 mil toneladas para 1.260 pasajeros a entregar en el 2010 y 2011 con opción a un tercero, y en esta lista hay que incluir Seabourn con proyectos similares.
Por su parte Royal Caribbean este año desplegó en Europa 7 cruceros, cifra récord, y está andando muy bien. Lo extraordinario es que esta "emigración hacia Europa", será apoyada con la construcción hasta el 2012 de otros 44 cruceros con una inversión total de 27 mil millones de dólares mientras se recupera el mercado de los Estados Unidos.
Con los escenarios de Asia y Medio Oriente complicados, social y políticamente, sólo queda para las empresas turísticas la costa Este de Sudamérica y algo del Pacífico, básicamente Chile y el Sur. Es en esta realidad que nosotros debemos hacer análisis de los sucesos y perspectivas para no perder lo que hemos ganado en estos últimos 10 años.
Por lo pronto dos líneas de cruceros ya anunciaron que no vendrán a Sudamérica esta próxima temporada, según ellas debido al incremento de los costos portuarios y otros, donde no se manejan negocios sino cuánto se le puede sacar a los lujosos barcos y a los ricachones viajeros.
Tampoco hay que olvidar que con el crecimiento del mercado europeo, el Báltico, Mediterráneo y China, Japón, Singapur y Emiratos Árabes, incluyendo a Cuba, habrá mucha ocupación de barcos y quizás no se mire demasiado a Sudamérica. Y hay que tener presente que el Caribe tradicional no será abandonado por los cruceros.
Así que para no perder este flujo anual de casi 200 mil visitantes, un 30% de los cuales toma "citytours", deberíamos estudiar seriamente qué hacer para conservarlo e incrementarlo. Por lo pronto, nosotros, con el alejamiento de estas dos empresas de cruceros del mercado sudamericano, perderemos la venta de por lo menos unos 6 mil citytours que a 35 asientos cada uno son 180 autobuses menos en actividad y otros cientos de servicios, por ejemplo sólo con estas dos líneas.
Como dice el publicitario Rodríguez Tabeira: "no espere la suerte, vaya a buscarla". Así que con la visión que se tenía en 1912 de los objetivos y perspectivos de los puertos y en especial del Puerto de Montevideo, habría que copiar el espíritu de algunas medidas que entonces se tomaron para cambiar algunas pérdidas por otras mejores ganancias.
Pero sugerimos que argentinos, brasileños, uruguayos y otros sudamericanos, tratemos en conjunto este tema de los cruceros.
Fuente: El País Digital