08 ABR 08 PDU
Está en una esquina a la entrada a la ciudad, era un almacén. Es casi centenario y estuvo siempre en manos de la familia Bruno.
Los bodegueros de Carmelo, quienes al igual que sus colegas de todo el departamento, están con adrenalina a tope, decidieron incorporarlo a la "movida" carmelitana y entonces, le buscaron un nombre y así surgió: "Finca de Familias", un boliche de picadas y vino.
Luego de algunas experiencias no del todo satisfactorias, decidieron crear el "Club del Vino" y de esa forma, nuclearon una cincuentena de socios quienes se reúnen allí, una vez al mes y con el rito del vino, participan
de charlas y fomentan la amistad.
Hay botellas en las vitrinas, de las cinco bodegas que conforman la sociedad: Cordano, Narbona, Cis, Irurtia y Zubizarreta.
Funciona de 19 a 24 horas y lo atiende Silvia, hija de Don Dante Irurtia y las picadas son muy especiales, tanto, que se sirven en semicirculares bandejas de madera que alguna vez, fueron parte de algún tonel.
Alli nos recibieron en nuestra visita sabatina , guiados por la anfitriona Andrea Schunk y además de Silvia, nos esperaban Roberto Bernardi y Mariela Zubizarreta; coloniense y carmelitana respectivamente, integrantes del cluster de Colonia y protagonistas de la gran experiencia que significó la ida a Europa a fines de enero, para la feria de Fitur.
Con los acompañantes de nuestro grupo, más la gente de la Intendencia de Colonia y los dueños de casa, como no podía ser de otra manera, se generó una interesante charla sobre las perspectivas del turismo en nuestro país.
En un momento de la conversación, alguien dijo: "este lugar funciona también a mediodía, con otros clientes y otro dependiente...
¿Cómo es eso? preguntamos, sin entender como se hacía para separar mercaderías, el propio stock y ni hablar, la caja.
"Estamos en Carmelo" repetía una y otra vez, Mariela Zubizarreta.
Y al parecer, es así, por aquellos pagos, aún reina la confianza.