Pero no se achantó. Primero comentó que un poeta norteamericano había dicho que la poesía era "una forma de apremiar a dios para que hable" y luego se acordó del mexicano José Emilio Pacheco que la ha definido como "la sombra de la memoria". Y luego, como quien apura un trámite al que no tiene más remedio que enfrentarse, comentó que por lo que a él respecta se podría decir que es "un árbol sin hojas que da sombra".
Lo que tienen los poetas es que se meten en honduras como quien se pone a sacudir las migas de pan del mantel. Juan Gelman (Buenos Aires, 1930) recibirá mañana el Premio Cervantes, el máximo galardón que celebra la obra de un autor en lengua española. A propósito de su discurso de aceptación, se limitó a explicar que trataría de las obra de Cervantes y de los alrededores de esa obra. Lo dijo en plan telegráfico, ni más, ni menos.
"Toda experiencia me ha empujado a romper los límites de la lengua"
Que sí se emocionó y fue muy conmovedor recibir la noticia. Hizo la broma de lamentar que le dieran el premio precisamente este año, justo cuando a partir de la próxima edición su dotación pasa de los 90.000 euros a los 125.000. Eran respuestas a cuestiones que forman parte inevitable del protocolo de una rueda de prensa. "¿Por qué a los poetas les hacen siempre preguntas políticas y a un político no se le pregunta nunca sobre poesía?", comentó cuando lo abordaron a propósito de Argentina. Aún así, y derrochando de nuevo buenas maneras, Gelman contestó que su país era en 1910 la octava potencia mundial y que aún ahora podría alimentar a 360 millones personas. "Hay una herencia de los gobiernos de Menem y del de De la Rúa que es muy pesada en términos económicos". Y eso ha explotado cuando los grandes terratenientes se han unido a la derecha y a los pequeños productores. Se refirió a unas conversaciones con estos últimos que podrían desactivar la crisis.
"El periodismo me ha enriquecido sobre todo como persona"
"La poesía y el periodismo son géneros distintos", contestó a propósito de los oficios que practica hace tanto. Del periodismo resaltó que le encantaba hacer de cronista. Salía a la calle y entraba en contacto con aspectos muy diferentes del lenguaje. "El periodismo me ha enriquecido sobre todo como persona, pero no sé cuánto de todo eso habrá pasado a la poesía. En cuanto a ésta, le ayuda al periodista porque te da una visión del mundo". ¿Qué es más importante, la experiencia o la obra? "Una cosa es producto de la otra. Toda experiencia de vida me ha empujado a romper los límites de la lengua. No como juego formal, sino como necesidad expresiva". Siguiente pregunta.
Así fue Gelman ayer, de un lado a otro, rondando su obra, que tiene tantos registros, y rondando esa vida tan dura que le tocó padecer cuando la dictadura argentina lo empujó al exilio y se llevó por delante a su hijo y a su nuera (y tuvo que andar persiguiendo a la nieta que ésta había dado a luz antes de morir asesinada, hasta que la encontró). "El exilio te enriquece. Cuando trabajaba en Viena como traductor de Naciones Unidas, todos los domingos iba al Kunsthistorisches Museum para ver las cinco obras de Velázquez que hay allí y un retrato de Durero. En Roma asistí al cambio de la Capilla Sixtina. A un lado, la zona envejecida, llena de tiempo. Al otro, los colores imprevisibles que iban surgiendo con la restauración". ¿Alguna pregunta más?
Bromeó con un nieto, que le preguntó como periodista, y tuvo siempre el detalle de contestarlo todo. Incluso la indiscreción de a quién elegiría para el premio. "Para empezar a cualquiera de los finalistas de esta edición: Nicanor Parra, José Emilio Pacheco, Blanca Varela, Mario Benedetti".
El ministro de Cultura, César Antonio Molina, anunció al comienzo de la rueda de prensa los cambios que habrá en la composición del jurado del Cervantes -quitando peso oficial y dando más protagonismo a los profesionales vinculados al mundo de la literatura- y la nueva dotación del mismo, y dijo que habría también cambios en los jurados del Velázquez y de los Premios Nacionales, que se anunciarían en sus respectivas convocatorias.
fuente elpais.com