Remontémonos a la mitad de los sesenta...
El Club del Clan, Palito, Nicky Jones y Violeta Rivas; Los Beatles nos cambiaban el peinado, la ropa y el oído; JFK ya había sucumbido; en vez de Irak, el objetivo comenzaba a ser Vietnam y se gestaba el mayo francés. Ni un shopping , ni un cinco estrellas; London París, Angenscheidt, La Madrileña, Aliverti y el inmenso Introzzi.Europa quedaba a 15 días... el Giulio Césare, el Augustus, el Cabo San Vicente, el Cabo San Roque, el Laennec, el Provence, prevalecían firmemente sobre los aviones a hélice de KLM, Lufthansa, Alitalia, Iberia, Air France, Swissair... los cuales posaban obligatoriamente en Dakar y demoraban treinta y pico de horas en la travesía... Todos esos transatlánticos y todos esos aviones, llegaban y salían desde nuestra capital...
Una mirada nostálgica
Cielmar operaba varios grupos por año a Europa; el Dr. Publio Vadora escribía con una pluma fuente decenas de cartas en papel avión reservando hoteles, autopullmans, restaurantes, guías locales, etc.; las ensobraba y me las daba para llevarlas al correo... Yo era el encargado de abrir la reja en la mañana, prender las estufas a gas, llevar a las compañías cada ficha de datos de cada venta y hacía los reports (liquidaciones quincenales a cada compañía en formularios sábana con varias copias y muchos carbónicos en máquinas de escribir con carros de un metro)...
Cambié de agencia y me especialicé en sudamericano... ahí además de vender, operaba... todos vendíamos. Pedíamos por operadora las llamadas a Mendoza, a Bariloche, a Córdoba, a Foz, a Porto Alegre; nos comunicábamos por télex y otra vez, las máquinas de escribir enormes y los rooming, las listas de pasajeros y... más carbónicos.
El Vapor de la Carrera depositaba los grupos en Buenos Aires y desde allí buses argentinos a todos los destinos; también había itinerarios atravesando el Río Uruguay... no había puentes, se cruzaba en balsa con bus y todo o, en lancha y trasbordo a buses argentinos... Las comodidades de los buses eran: asientos reclinables y calefacción (cuando funcionaba); la operación: una aventura, generalmente odiseas...
El Jet y, después... Bill Gates
Europa y el mundo se aproximaron a fuerza de turbinas; los barcos destinados para cruceros; aparecen las mayoristas y Mercedes Sosa nos dice Cambia, todo cambia...; muere el telex, nace el DDI, se crea el fax, la telefonía móvil y entra en escena, Bill Gates, con Microsoft bajo el brazo... Comienza el vértigo, la confusión y la locura; al diablo la siesta, la calma chicha y los protagonistas humanos... Vamos, venimos, probamos, tememos, nos temen, ganamos, perdemos, perduramos.
Entre todos los zapallos del carro, buscamos acomodarnos; dudamos en usar corbata o jeans y un día amanecemos tomando nota que en vez de mente, llevamos un disco duro... ignoramos cómo vino a parar adentro nuestro pero... comienzan a salir de nuestra boca términos como: arroba, e-mail, banner, check-in, clase viola, clase sara, all inclusive e... iniciamos y cerramos sesión... sin solución de continuidad.
SAH
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