agitado  y agotador, necesitaba por los menos unos diez días de vacaciones.

Decidí vacacionar en diciembre por algunas  razones:  el cansancio físico y mental , un año laboral próximo que se inicia en mi caso a comienzos de febrero y el precio de los alquileres, que suponía a la baja en el mes de diciembre con respecto a enero.

Además para pasar las fiestas, sin molestar a amigos que si bien sus corazones son grandes y su casa también, hoy está quedando, por ley de la vida, pequeña para tanta gente.

Debo confesarles que después de dos semanas desistí de todo intento de vacacionar en el balneario rochense.

Encontré de todo, excelentes arrendadores, muy amables, argentinos o uruguayos que inician el emprendimiento de cabañas y alojamientos fundamentalmente en las cercanías de Playa La Viuda o El Rivero; van desde profesionales hasta gente obrera que compra terrenos y construye alojamientos para renta, y con el sueño de ir a descansar en su retiro en el entorno del mágico y legendario Pueblo de Pescadores.

En tarifas ,encontré un desajuste increíble entre las comodidades de los alojamientos y el precio solicitado..

Hoy realmente la situación me ha sobrepasado, cabañas que comienzan ofreciéndolas  por 90 dólares la diaria , luego la bajan a  55 y luego la suben a 70.

Todo eso en no menos de 1 hora. Hay que estar al "Remate ya", pudiendo suceder que cuando  te decides y vas a girar la seña te sube el precio.
 
Es decir, todo esto deja un margen de incertidumbre e inquietud que solo estresa más de lo que aún se está en  esta época del año.

Pero lo más asombroso es que las pequeñas casitas de pescadores, muy coloridas, adornadas tipicamente, con baños no completos, con techitos de zinc, donde hay que imaginar un calor ya parecido a los pueblitos garciamarquianos, compiten en precio con hermosos complejos de cabañas con aire acondicionado, de dos plantas, con sommiers y vista al mar.

Se junta el precio de la oferta en estos alojamientos y  comodidades disimiles, y son las de mas altas tarifas.

Lo comenté con un amigo y me hizo reflexionar , por supuesto el reúne dos condiciones es sociólogo  y político.

Me dijo: "pero Abril, ¿porque no te vas a un balneario nuestro, típico?

Y yo le pregunté asombrada: ¿pero Punta del Diablo no es nuestro? Ya temiendo que lo hubiera comprado alguien ……..

Y me dijo: "No, es que alli los mismos pescadores te venden el sueño de ser pescador por un rato, te arriendan su casa, te cumplen tu sueño, con esos dólares o euros tiran todo el año ……"

Y yo le pregunté: ¿pero el resto del año no pescan? La respuesta fue: "y no, cada vez se hace menos, la cosa está cambiando ahora te vendan artesanías con Visa, Mastecard y dentro de poco hasta los buñuelos de algas los vas a tener que comprar en cuotas..."

Y siguió …."llamalo cool, snob o mundo globalizado como quieras, pero allí también llegó el método de  vender una fantasía, el querer ser lo que no sos y a mucha gente ya no le importa, si el agua es clara, no contaminada y descansar; sólo quieren tomar una vida prestada por un rato y aquellos te la venden a un muy buen precio".

Esa es la diferencia de vacacionar o querer emular al otro. Todo es mercancía y todo se compra y se vende. También los sueños.

Para pensarlo ¿no?

Y allí me cerraron un poco más las cosas, claro yo solo quería vacaciones y pensé: ¡que bueno es  disfrutar de las bellezas del lugar y aportar algo para los emprendimientos de futuro!.

Pero una vez más parece que me equivoqué en mis razonamientos.

Demás está decir que en esta búsqueda encontré también operadores excelentes, y que el Portal del Diablo además de estar fabulosamente diseñado, ofrece servicios increíbles.

La desregulación de la oferta y el tema sociocultural  es otra cosa.

Ya no sé donde esperaré el Nuevo Año sin duda no será en Punta del Diablo, estaré donde puedan converger mis afectos con mis deseos de compartir en paz esos momentos únicos  reales y no prestados, que nos dan las vacaciones….