por Marcelo Galli, São Paulo
AméricaEconomía
La década del mandatario está marcada por controvertidos cambios
sociales e institucionales y la adopción de un gobierno centralizado y
personal. Completar su proyecto dependerá de un próximo referendo.
São Paulo/Santiago. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, completó diez años de gobierno este lunes. La conmemoración, que giró en torno a su persona, fue oficializada con la creación de un festivo nacional de última hora y la reunión extraordinaria de la cúpula de países de la Asociación Bolivariana para Américas (Alba).
El Alba está integrada por los aliados más importantes de Chávez, como Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Daniel Ortega (Nicaragua) y Manuel Zelaya (Honduras).
Con miras a la campaña del referendo el 15 de febrero próximo, y que buscará reformar la Carta Magna para permitir su reelección ilimitada, la perspectiva de algunos años más de Chávez en el poder comienza a delinearse en el horizonte político venezolano. A pesar de la caída del precio del petróleo y el reflejo en las cuentas públicas de los programas sociales de su gobierno.
De acuerdo con Marcelo Coutinho, coordinador del Observatorio Político de América del Sur (OPSA), la década de Chávez va a entrar en la historia del país. Según el especialista, cuando Chávez surgió en el escenario político, en 1992, con el fallido golpe de Estado, el militar ya anunciaba grandes cambios para Venezuela.
La llegada de Chávez al poder quebró la alternancia de dos partidos (COPEI y AD) que se perpetuaron por más de 40 años en el gobierno. En la década de los 80 y 90 dichos partidos arrastraron al país a una serie de crisis dejando la economía local debilitada. La elección de Chávez representó una respuesta a la inflexión de la democracia en aquel país, afirmó Coutinho a AméricaEconomía.com.br.
Una opinión similar tiene Claudio Fuentes, director del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales (UDP). Chávez ha jugado un rol como catalizador del descontento social en América Latina, señaló el analista a AméricaEconomía.com. Es un actor que ha colocado una agenda perdida en Venezuela y en el resto de los países de la región: el descontento social y la reivindicación de sectores marginados, dijo. Chávez llega al poder en tiempos de crisis y apoyado precisamente por sectores postergados, agregó Fuentes.
Desde la aparición de Chávez en el escenario político los partidos de oposición perdieron fuerza y prácticamente desaparecieron, añadió Coutinho, provocando un cambio desde el punto de vista partidario e institucional en Venezuela. Para el analista, la oposición ha sido incapaz de lidiar con el gobierno de Chávez y sus políticas nacionalistas. Existe un Chávez porque no se ha consolidado una oposición fuerte, agregó Fuentes, de la UDP.
En una década de gobierno, Chávez construyó una figura omnipresente en un país que hasta hace poco tiempo destacaba mundialmente por sus bellas mujeres y una relación próxima con Estados Unidos, principal destino del petróleo que genera la riqueza para la economía local y de donde el ex teniente se apoyó para promover su revolución socialista bolivariana del siglo XXI. Chávez tiene la virtud de haberse mantenido en el poder pese a las críticas internas y externas gracias a una política clientelar con la ciudadanía afirmó Fuentes.
Centralización del poder. Sin embargo, la oposición interna y externa cuestiona prácticas como la censura a los medios de comunicación y el control manifiesto de otros. Además, hay un evidente culto a la personalidad en las fotografías de Chávez expuestas en las paredes de edificios públicos y de casas de los barrios más pobres. Su imagen también tiene eco en las ondas de radio y televisión, muchas veces ocupando la señal de todos los medios de comunicación. Aquellos que quieren patria andan con Chávez. Quién no está conmigo, está contra mí, dijo el político durante la realización de un reciente encuentro con partidarios.
La creciente centralización del poder en el Ejecutivo al lado de la renta proveniente del petróleo y que los últimos años creció con el alza de la materia prima en el mercado internacional, permitió la formulación de leyes y políticas que promovieron avances en el campo social. La desigualdad social permanece grande, pero hubo una fuerte reducción de la pobreza y de los niveles de analfabetismo del país, explicó Coutinho.
No obstante, el fuerte crecimiento de la economía del país los últimos años, de acuerdo con el cientista político, ha provocado un efecto colateral: el aumento de la concentración de la renta. Fuentes aporta que la paradoja de Venezuela no ha cambiado: uno de los países más ricos de la región mantiene altos niveles de pobreza.
La riqueza generada por el petróleo también sirvió a Chávez para exportar su política a países vecinos como Bolivia, El Salvador y Ecuador, apoyando a líderes como Evo Morales y Rafael Correa, que siguen la misma línea política nacionalista de izquierda del líder venezolano. Ellos, además, lo acompañan en cuestionar y combatir la hegemonía estadounidense en la región.
Con el dinero generado por el petróleo, Chávez pudo patrocinar su propia revolución y a sus aliados, aunque no defina claramente el carácter de ésta para poder sostener cualquier proyecto personal, evaluó Gunther Rudzit, profesor de Relaciones Internacionales del Ibmec São Paulo, en entrevista com AmericaEconomia.com.br.
La influencia de Chávez, explicó Rudzit, llegó hasta las elecciones presidenciales de México en 2006, con el apoyo al candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador contra el actual presidente conservador Luis Felipe Calderón. Obrador perdió los comicios por un margen mínimo del 0,56%, diferencia de 234.000 votos, según datos del Instituto Federal Electoral (IFE).
Sin embargo, Rudzit recuerda que la estrategia del venezolano no dio los mismo frutos en Perú, donde la población local no aprobó la intervención de Chávez en la política interna al apoyar el candidato nacionalista Ollanta Humala, en la elección de junio de 2006, y que marcó la vuelta de Alan García a la presidencia del país.
La compraventa de bonificación de la deuda argentina por el gobierno venezolano también ayudó al gobierno de la pareja Kirchner en Argentina (Néstor y Cristina), explicó Rudzit. Sin el aporte, que permitió al gobierno cubrir el déficit presupuestario, hubiera sido difícil tomar las riendas de la economía del país. El rol protagónico que (Chávez) ha querido tener en la región no le ha resultado tanto en este último tiempo, señala Fuentes, de la UDP. Por otro lado, se ha visto neutralizado por la influencia de Brasil en la región, sobre todo en temas diplomáticos. La tradición de Itamaraty (el ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil) ha superado la política de confrontación impulsada por el líder venezolano. La Unasur, impulsada por Brasil, ha logrado resultados concretos en la resolución de conflictos, en contraposición a la poca relevancia del Alba, concluye Fuentes.
El surgimiento de gobiernos nacionalistas como los de Chávez, Morales y Correa, con gran apoyo y legitimidad interna, contribuyó también para que América Latina volviera a ejercer un mayor protagonismo en la esfera internacional, destaca Ana Lucía Pereira, profesora de Relaciones Internacionales de la ESPM de Rio Grande do Sul. Desde el punto de vista social, el chavismo insertó elementos nuevos en la cultura política venezolana: el ascenso de una conciencia ideológica de izquierda, sobre todo en las clases más pobres y en la nueva élite que emergió los últimos años. Aunque Chávez no permanezca en el poder, ese debe ser su principal legado, concluyó.
Con reportes de Pablo Jammet, en Santiago, e informaciones de Reuters.