En el pasado mes abril, el secretario de Estado de Turismo de España, Joan Mesquida, durante una comparencia en el Senado, explicó que el turismo pasa por una situación de "incertidumbre" y como el sector "no es un oasis" se ve afectado por la retracción del consumo y la contención del gasto, lo que implica una disminución en la rentabilidad de los negocios.
El 21 de abril, la consejera de Turismo de Canarias, Rita Martín, durante su comparecencia en comisión parlamentaria, declaró: "Estamos ante una situación que no es una crisis turística, sino una crisis económica que genera un problema de demanda".
Durante la citada intervención, Martín explicó que su departamento invertirá este año 35 millones de euros en promoción turística, "una cantidad que difiere de los 150 millones que dedica Grecia al mismo propósito". No obstante, el ministro de Turismo de Grecia, Aris Spiliotopoulos, declaró recientemente que el presupuesto del país para márketing turístico rondará este año los 43 millones de euros.
Más recientemente, a principios de mayo, la consejera de Turismo de Castilla y León, Maria José Salgueiro, dijo durante el debate de la Comisión de Cultura del Parlamento Regional: "No es que el sector se encuentre en crisis, sino que se encuentra afectado por ésta".
Curiosamente, el mismo día, durante el foro IESE convocado en Barcelona, el consejero de Innovación, Universidades y Empresa de la Generalitat de Catalunya, Josep Huguet, abrió su intervención con la frase: "El turismo no está en crisis, pero recibe las consecuencias de la crisis".
Recuperación del sector
¿Pero es correcto, desde un punto de vista técnico, sostener que el turismo "no está en crisis" a pesar de las cifras? Según recuerda Enrique Torres, profesor titular de Economía Aplicada y presidente de la Asociación Española de Expertos Científicos en Turismo (AECIT), "el turismo depende del nivel de renta y del crecimiento de la misma. ¡Claro que hay crisis en la actividad turística!".
En todo caso, crisis económicas anteriores, como la de 1973, demostraron que el consumo turístico no se contrae tanto en épocas de recesión como otro tipo de gastos, explica el presidente de la AECIT. En parte porque la gente sigue viajando aunque reduciendo gastos, en parte porque ciertos segmentos de viajeros o países más desarrollados se ven menos afectados.
Por ello, añade Torres, probablemente "el turismo, que funciona en base a las expectativas de la gente, reaccionará antes cuando se produzca la recuperación económica".
Pero en cualquier caso, concluye, la crisis económica acelerará la "selección natural" por lo que determinadas empresas turísticas sobredimensionadas y destinos obsoletos (aquellos que arrastran problemas estructurales desde hace tiempo) sufrirán las consecuencias.
Fuente: Hosteltur.com