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Domingo, 03 Mayo 2009 19:02

Como le rasquemos el lomo

por Sergio Bañales
Hace un par de semanas, antes de la aparición de la fiebre porcina, escribí una nota para el Portal donde me refería específicamente al manejo que deberíamos darle en materia turística al tema del dengue (Cuidado con la carga del Dengue al Turismo).


Hoy el peligro de una pandemia eclipsa de alguna forma las noticias de las posibilidades de fiebre amarilla y de dengue en el Uruguay, pasando la expansión de la gripe porcina a ser la vedette de las crónicas.
 
Y como quien no quiere la cosa una vez mas los Viajes y el Turismo en nuestro continente sufren un azote de importante intensidad, ya que el principal hecho tiene su epicentro en México, país muy representativo para Latinoamérica.

Nada nuevo es que aparezcan versiones de todo tipo y que se manifiesten como un complot elaborado por quien sabe quien para beneficiar a quien sabe cual.

Ojala fuéramos un invitado de confianza en la casa de Obama estos días para enterarnos fidedignamente cuales son las repercusiones reales que esta teniendo ese país al respecto, y como maniobrar políticamente en estos casos para salir ilesos de esta situación.

La verdad es que como uruguayo siento impotencia en estas circunstancias pues como país diminuto no vamos a poder manejar ningún hilo de esta marioneta.

Pero digamos que somos dueños de nuestros propios actos en nuestro país y que no hay dudas de que la actividad turística va a ser afectada debido a que los destinos - y principalmente los Latinoamericanos - lo serán, pero una vez mas asevero que ante estas circunstancias el alcance de dicho efecto se agravara o no en la medida en que gobierno y privados acuerden estrategias de manejo complementarias y en conjunto.

Estimo que esta si es una verdadera crisis para los Viajes y el Turismo debido a que se trata de la salud de las personas y tal cual Maslow nos enseño los seres humanos priorizamos las necesidades básicas fisiológicas y luego la seguridad integral.

Debemos tomarlo con seriedad y cautela pero tal vez con alguna cuota de optimismo pues considero que la condición de país chico y “natural” una vez más nos provee la ventaja cualitativa que debemos explotar.

Hagámosla valer entonces y actuemos como país filtro de pandemia y crisis, demostremos con convicción y firmemente que turística mente nos puedan elegir como un “país-hogar sano”.

Tratemos de evitar las fotos con tapabocas y no entremos en la paranoia de que estamos ante el fin del mundo. Accionemos los mecanismos de forma silenciosa y natural aunque sin perder el rumbo de la realidad mundial pero ejerciendo si de amortiguadores de los hechos que suceden fuera del país, y no tomemos parte en ellos si aun no nos afectan directamente.

Ahora es el momento que necesitamos a nuestro socio el Ministerio de Turismo para que salga a gritar que el Uruguay es natural, previsor, sano y seguro para quienes nos quieran visitar y conocer nuestra variada oferta de productos y servicios.

No es lírico pensar que la estrategia es captar el mayor porcentaje de lo que hay, pues es seguro que las líneas aéreas seguirán transportando pasajeros, que la gente continuara necesitando y queriendo vacacionar, y que los cruceros por ejemplo elegirán en nuestro verano a quienes hayan sufrido el menor impacto de esta desgracia.

Por ultimo considero importante recordarle a los empresarios que camas frías y asientos vacíos no son recomendables para la sostenibilidad del negocio y rogarle a la prensa que protejan a la actividad turística, ya que “la poca intensidad con la que le rasquemos el lomo nos convertirá en país menos afectado”.