Desde La Isla de Pascua hasta París, desde Machu Pichu a Barcelona,
desde Santiago de Compostela a Praga, desde la Antártida hasta el
Montblanc... El debate respecto a la capacidad de carga de los destinos
se intensifica por todo el planeta a medida que el turismo se hace más
masivo.
Turistas en la Sainte-Chapelle de ParísLa posibilidad de que ciertas ruinas, obras arquitectónicas, centros históricos de ciudades, espacios naturales, etc, acaben perdiendo los valores que las hacen únicas por culpa del turismo masivo es real, insisten los expertos.
De ahí que se planteen nuevas medidas, algunas ciertamente impopulares, para prevenir la degradación de
estos sitios amenazados por su propio éxito.
Los númerus clausus de visitantes a determinadas horas y las tasas de entrada (en espacios naturales, monumentos históricos, etc) van a ser cada vez más frecuentes por todo el mundo.
Según la UNESCO, existen en la actualidad un total de 60 sitios (naturales e históricos) declarados Patrimonio de la Humanidad cuya salud se ve amenazada "de manera inminente" por varios factores externos. Entre ellos, "los conflictos armados, el cambio climático y el turismo incontrolado".
Visitas nocturnas a la Mezquita-Catedral de Córdoba
De hecho, es posible descongestionar monumentos históricos estableciendo nuevos horarios de visita y rutas guiadas.
Por ejemplo, el consorcio Turismo de Córdoba y el Cabildo Catedralicio han firmado un acuerdo este año para impulsar las visitas nocturnas a la Mezquita-Catedral. Se tratará de una experiencia nueva para el turista, que además puede contribuir a generar más pernoctaciones y por tanto más gasto en el destino.
Otro momumento histórico que concentra la atención de los expertos es Machu Pichu. Estas antiguas ruinas incas situadas en Perú pasaron de recibir 420.000 visitantes en el año 2000 a casi 700.000 en 2006. Allí se está desarrollando un proyecto arqueológico que trata de prevenir la degradación de este enclave.
La capacidad de carga también es motivo de debate en Barcelona, donde se está realizando un nuevo plan estratégico que analizará cómo distribuir la actividad turística por más barrios, con el fin de evitar la masificación del centro histórico.
En Barcelona, un estudio municipal reflejó que el 81% de los transeúntes de las populares Ramblas son turistas. Y una encuesta elaborada por Virgin Travel reveló, el pasado febrero, que la típica calle ocupa el cuarto puesto en la lista de
"los diez lugares turísticos más decepcionantes del mundo".Espacios naturales amenazados El debate sobre la capacidad de carga también ha alcanzado algunos espacios naturales que hasta ahora estaban más o menos aislados del hombre, y que por tanto no podían considerarse como destinos turísticos.
Por ejemplo, el Gobierno de EE UU se manifestó recientemente a favor de imponer más restricciones a la llegada de cruceros turísticos a la Antártida.
Y en el Montblanc, debido a las aglomeraciones de alpinistas, el municipio de Saint-Gervais reclama desde hace tiempo la necesidad de imponer una tasa de ascensión y crear númerus clausus de montañeros.
Recreaciones artificiales Como alternativa más radical a la masificación de los destinos históricos, algunos expertos advierten que en el futuro será necesario construir recreaciones de ciudades enteras.
¿Un planteamiento futurista? Pues en España ya tenemos un precedente: la
neocueva de Altamira, que recibe 260.000 personas al año, y que permite "viajar en el tiempo", tal como han explicado numerosos visitantes.
El lector encontrará el reportaje completo sobre este tema en el número de mayo de la revista HOSTELTUR, que ya puede
descargarse en PDF.
Xavier Canalis (
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