El plan pretende salvar los obstáculos que aún pudieran existir en los alojamientos turísticos de la región madrileña para personas con discapacidad motriz, sensorial o intelectual, así como para los ciudadanos con movilidad reducida.

El objetivo final del plan es que la Comunidad de Madrid sea un destino al que pueda acceder cualquier tipo de turista discapacitado, y además, abrir las puertas a una serie de clientes potenciales que antes no podían llegar a tierras madrileñas por las barreras arquitectónicas existentes.


Se estima que el mundo existen 500 millones de personas con algún tipo de discapacidad. De los cuales, 50 millones son europeos y 3 millones y medio, españoles. Además, este tipo de turismo puede ser muy rentable, ya que cada viaje realizado por una persona discapacitada atrae de media a 1,5 acompañantes, por lo que este núcleo de población arrastra a otros clientes potenciales de diferentes perfiles.

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