por Sergio Bañales
desde Rímini
Eran las 19.55 (18.55 en Brasil) del miércoles y el avión de Lufthansa
carreteaba por la pista del Aeropuerto de San Pablo buscando levantar
vuelo para dirigirnos a la ciudad de Francfort. Desde que embarqué no
dejaba de dar vueltas por mi cabeza que justo a la hora del gran
clásico de futbol del Río de la Plata iba a estar rodando la pelota en
el copado Estadio Centenario con un partido histórico fuera cual fuera
el resultado.
A las 20 horas clavadas ya estábamos en el cielo y yo sentado en el asiento 55G tratando de imaginarme el se mueve, se mueve, se juega, se juega y con este despegue iba mi ilusión de futbolero de que Uruguay ganara y fuera al mundial directamente.
Es mas, esa turbina, la que quedaba mas cerca de mi asiento, emitía un sonido que a veces se asimilaba a un
gooolllll, o sea que se notaba claramente que a pesar de que a tan sólo pocas horas de la partida de Montevideo no solo extrañaba a mi familia, sino que estaba pasando por un momento de ansiedad y de impotencia pocas veces vivido por causa de este partido.
RíminiEl hecho de no poder saber ni siquiera el resultado final antes de las 8 de la mañana del próximo día, momento en que arribaría a Alemania, lo debí superar con alguna bebida espirituosa a los efectos de tratar de dormirme a la brevedad.
En algún momento veo como claramente la pelota se introduce en el anulo izquierdo del golero, pero así como no lograba ver que equipo defendía o atacaba tampoco me hice problemas porque no lo grite y el juez dio jugada de off-side.
En ese momento me despierto a causa de fuertes turbulencias y mirando el reloj (nunca le cambio la hora) eran las 21.30 de Uruguay y nuevamente a pensar como iría el score.
Según mi previa solicitud al capitán del 747B 400, a las 5 de la mañana en mi país el caballero anuncia en un español muy entreverado, primero que gano Uruguay y de forma inmediata corrige diciendo que Argentina gano 1 a 0.
Agradecido al capitán por su cortesía, pero evidentemente no entendía nada de futbol ni de la pasión que provoca, así que corrí hasta la cabina para rogarle que me aclarara fehacientemente cual fue el resultado, y que por favor también me contara el de Chile y Ecuador y fue tal cual lo pensaba, la incertidumbre fue peor ya que el señor no recordaba fielmente lo que le informaron desde la torre de control.
La odisea continua con el arribo tarde del vuelo y por ende se acortaba el tiempo de conexión. Intento buscar la manera de informarme al bajar en el aeropuerto con 4 trabajadores alemanes de diferentes sectores del aeropuerto y ninguno me supo decir, descarté parar en zona wi-fi o en un ciber ya que no daba el tiempo, mi celular que se empacó y no reconocía la tarjeta Sim, así que a la pasada paré en un kiosco cerca del embarque, compré un diario alemán y otro italiano y me subí al avión con la certeza de que en la sección Deportes encontraría los resultados.
Yo había calculado bien que el partido terminaba a las 22 hrs, o sea a las 02.00 hora del día siguiente en Europa, por lo tanto estimé que existía suficiente tiempo como para que los periódicos levantaran las noticias y resultados sobre las eliminatorias en Sudamérica, pero vaya sorpresa que lo único que se anunciaba eran resultados europeos y sólo comentarios sobre los cupos que se jugarían en los partidos de Uruguay-Argentina y de Chile- Ecuador.
Otra vez ilusión y expectativa a la espera de arribar a Bologna mi próximo destino donde seguramente algún italiano evacuaría mis dudas y me informaría sobre los resultados.
Para ese entonces al arribo a Italia eran las 14 horas o sea las 10 de la mañana del 15 de Octubre y para hacerla corta busqué un ciber y no había, así que paré a un carabinero y le pregunté o casi le demandé que quería saber los resultados de los partidos de eliminatorias en América del sur, ante lo cual el policía tomo su celular llamo a su esposa y le pidió que se conectara a Internet, momento crucial y triste ya que me anunció lo que ustedes ya saben.
En el camino que me quedaba (una hora y media mas aun) hasta Rimini, pensaba, quizás de forma mas fría por no estar en Uruguay,
no esta mal y no por conformista, pero como selección hace tiempo que las cosas no andan bien y aun así tenemos chances de pelear por un lugar al Mundial con un equipo de Centro América que con todo mi respeto no es Australia, que los canguros ya han aprendido bastante.
Es bueno a veces alejarse un poco y vivir la pasión desde afuera, para seguir aprendiendo que también de situaciones como esta se sacan beneficios, como ser que en el primer encuentro de la Feria a la que estoy asistiendo mucha gente habla y me preguntan por el partido y por URUGUAY.