por Luis Alejandro Rizzi
desde Buenos Aires
Aprovechando unos días de vacaciones y ceñido a PINAMAR y su zona de
influencia hasta CARILÓ, me puse a comparar la información sobre
servicios turísticos ofrecidos por internet y la realidad. Desde ya
dejo de lado el uso de internet para ofrecer servicios inexistentes
como ocurrió en varios casos en los que muchas personas fueron víctimas
de estafas.
La calidad de las fotografías y de los textos descriptivos más de una vez se utilizan como sutil medio para captar a los eventuales visitantes que de ese modo pagan por adelantado en la creencia que la realidad superará a la realidad virtual exhibida por la web.
Juegan también como gancho los descuentos ofrecidos por pagos anticipados; son muy raros los casos que se aceptan reservas sin el pago de una seña que varia a partir de un 25% del precio total de la estadía solicitada. En muchos casos se exige el pago total para aprovechar la ganga.
En general lo primero que se advierte es la inexistencia de un standard en las calificaciones de la hoteleria, por ejemplo se ofrecen como hoteles de TRES ESTRELLAS establecimientos que en cualquier otro medio apenas podría lucir una sola estrella, con precios que oscilan en los u$s 100,00 diarios por habitación para dos personas con muy modestos desayunos. Las triples exceden los u$s 130.00.
Los servicios que le ofrecen esos hoteles al pasajero son mínimos, carecen de salones o salas para reuniones o simplemente para estar sea para leer, participar de juegos, servicios de cine por DVD, servicio de diarios y revistas o cualquier otro entretenimiento, especialmente en ciudades con carencias de espectáculos, salas cinematográficas, teatros, etc. El servicio de internet se limita a una sola máquina.
En una palabra ningún servicio para el esparcimiento y la practica de un genuino ocio.
Hay hoteles por asi llamarlos, que en sus paginas web ofrecen servicio de cocheras para autos, que se limita a una suerte de estacionamiento reservado en la vía pública o sobre las veredas en los casos que existen; otros ofrecen servicios de restaurante que están temporariamente suspendidos o aclaran diciendo que la pagina web es vieja.
La mayoría de estos HOTELES TRES ESTRELLAS carecen de servicios de bar durante el día y en algunos casos con horarios muy limitados o servicios de comidas o meriendas en las habitaciones.
Los mini bar solo ofrecen alguna gaseosa o agua mineral.
En general no hay servicios de aire acondicionado, solo ventiladores de techo, la calidad de las instalaciones deja bastante que desear.
Claro todo esto en la web luce distinto.
Cuando uno navega en busca de encontrar el lugar de descanso, también juega la propia fantasía como ocurría en los viejos radioteatros o programas radiales en los que la imaginación del oyente construía su realidad siendo obvio que quienes cuelgan sus propagandas sobre los servicios turísticos que ofrecen especulan con estos razonables delirios.
Las distintas autoridades de aplicación con competencia en los servicios turísticos, sea ya de jurisdicción nacional, provincial o municipal deberían controlar la veracidad de la información difundida por la web en lo referido al uso de las estrellas como mínimo para evitar que el pasajero en vez de disfrutar los servicios que deberían ofrecerse de acuerdo a la calificación exhibida termine estrellado.
En general la mayoría de la oferta de una, dos y tres estrellas son meras modestas casas de bed and breakfast.
Nosotros los argentinos estamos acostumbrados a estas anormalidades o anomalías pero me gustaría ver la cara de algún turista extranjero que llegado de cualquier destino se encuentra con estos establecimientos que le sobran estrellas y les faltan servicios mínimos.
Me pregunto ¿quien se ocupa de estas cosas?
(Creo que nadie) total seguimos yendo