No necesitamos parlamento ni fijar aranceles; no hay motivos aparentes para vetar a ningún secretario general, coordinador o presidente; generalmente, esos puestos "son votos cantados" y hay coincidencia en las designaciones de los colegas que son elegidos.

Pero lo más importante de todo es el espíritu; tanto el 4 de julio en San Pablo, como el 20 de agosto en Colonia y seguramente, pasará lo mismo el 15 de octubre en Montevideo, cada representante de un país de la región que toma el uso de la palabra deja bien en claro la necesidad y la idea de unir, de integrar, de capacitar, de facilitar.

Los países de nuestra región se perfilan para ser de los destinos  más requeridos por el turismo mundial; al igual que ocurre con el alimento o con el agua, en turismo  somos, la reserva de la humanidad.

Los gobiernos cumplen sus ciclos y con ellos, las administraciones que tienen directa relación con esta actividad; los empresarios turísticos, en un mundo cada vez más competitivo, deben poner todo el énfasis en sus respectivos negocios y difícilmente, puedan ocuparse del bien común.

En el mundo del turismo, los que siempre seguimos, los que trascendemos a los gobiernos y convivimos con los privados, somos nosotros, los periodistas turísticos.

Es preciso que aceptemos el gran desafío de trabajar unidos, para el turismo si, pero fundamentalmente, pensando en nuestros semejantes, en los millones de latinoamericanos que no viven como debieran en una tierra rica como la nuestra.

Que trabajemos unidos para que nuestros pueblos tengan armonía y no se corten puentes, para que nuestros gobiernos recuerden que somos amantes de la paz y no de la guerra.

Todo esto y mucho más, podremos hacerlo capacitándonos, siendo cada día más profesionales y generando opinión,  a través de nuestros artículos.Nos vemos.