(Hace algunos días que no nos comunicábamos es que esto de andar fumando con uno y con otro a veces nos quita tiempo para este ejercicio, pero bueno sepan disculpar. Por aquí les dejo algunas de las reflexiones que me han transmitido los muchachos cuando salen a prender un cigarrito).
Se trata de un enfermo que no termina de curarse, pero, tampoco termina de morirse. La nueva administración de PLUNA s.a. (liderada por Leadgate) tiene un camino bastante sinuoso para atravesar antes de cumplir con una de sus máximas aspiraciones: lograr, al final de ese camino, que la empresa deje de dar pérdidas y se convierta en un emprendimiento rentable. Ese camino a recorrer, además de sinuoso, tiene muchos tramos que están al borde del precipicio. Cada maniobra debe ser cuidadosamente estudiada antes de llevarse a cabo. Y si bien la responsabilidad principal está en manos de sus conductores, de sus administradores, no les escapa tampoco una buena parte de la misma a quienes son el corazón de la propia organización, sus trabajadores, quienes permiten día tras día que la empresa continúe respirando (aunque no sea sino con dificultades cada día más importantes).
La administración de la empresa parece haber encontrado algunas dificultades que no fueron previstas a la hora de asumir la responsabilidad del gerenciamiento de la organización. Ésta podría ser la explicación por la cual algunos anuncios, realizados con apenas horas de haber asumido la dirección de la empresa, han quedado, en un principio, en suspenso. Es un secreto a toda voz que la nueva administración todavía no ha invertido un solo peso de todo lo prometido y que, además, ha diferido y, hasta desconocido, algunas de las deudas "heredadas" de anteriores administraciones. Además de esto, la empresa no ha sabido aún cómo relacionarse con sus trabajadores, los que organizados en más de un sindicato (o mejor dicho, organizaciones que defienden algunos intereses corporativos, en algún caso, pero que lejos están de una concepción sindical), plantean sus inquietudes hasta con un nivel de conflictividad laboral a la que no está acostumbrada la organización.
La empresa tiene varios asuntos para resolver desde el punto de vista estratégico para hacer viable el emprendimiento en el cual se ha embarcado; uno de ellos es el relacionado con sus trabajadores. Las continuas amenazas de reducción a nivel masivo de la plantilla de trabajadores, con argumentos como el de no dar con el perfil requerido por la nueva administración, no han logrado otra cosa que no sea la antipatía creciente del personal respecto a los conductores de la nueva gestión. El fomento de la división de los trabajadores como estrategia para debilitar las preocupaciones comunes de los mismos, le ha resultado, hasta el momento, contrario a sus intereses. Cuando parece que ha acordado una tregua con el sindicato mayoritario de la organización (OTAU OFP), se le abre otro frente de batalla con la organización que comprende a buena parte de los tripulantes auxiliares de cabina. Al mismo tiempo, las amenazas en contra de los intereses de los pilotos saben que no podrán sostenerlas demasiado tiempo, pues, dicho grupo corporativo tiene demasiada fuerza como para "achicarse" ante cualquier tipo de propuesta que intente modificar alguna de las condiciones laborales vigentes.
Por si todo esto fuera poco, las autoridades de la aviación nacional desconocen a la gerente de RRHH, bajo el argumento de que no reúne las condiciones imprescindibles para actuar en la industria aeronáutica. Sin embargo, la máxima responsable al frente de la empresa en esta materia es quien decide cuáles deben ser las normas de relacionamiento a nivel interno de la organización: es ésta la persona que determina qué trabajadores mantendrán su puesto laboral en la organización y cuáles no, a pesar de que ella misma esté actuando fuera de la normativa vigente. Y lo más interesante de todo es que el consorcio privado ha solicitado la adaptación de las normas legales actuales a sus propios intereses. Además, las autoridades nacionales en materia de aviación tampoco reconocen a quien los nuevos administradores de PLUNA han nombrado como gerente del área de mantenimiento (un sector que ha tomado trascendencia en los últimos tiempos en la industria aeronáutica). ¿Qué dice el Ministerio de Trabajo a todo esto?
Los cuestionamientos a la nueva gestión han llegado al más variado espectro. Ahora también el Tribunal de Cuentas ha observado algunas irregularidades que no se ajustan a Derecho. El gobierno estaría concediendo demasiadas atribuciones al consorcio privado y haciendo demasiados aportes al emprendimiento que no serían los acordados originalmente. En definitiva, los frentes de batalla son varios... y los generales parecen estar acuartelados, pero, lejos de las trincheras, lejos de los lugares en los cuales se sienten los resultados de las balas y los cañones. De todas maneras hacemos fuerza para que de un lado y de los otros (el de los varios grupos que nuclean a los trabajadores, el de las autoridades nacionales en materia de aviación y en materia de relaciones laborales, el de los grupos de contralor que velan por la transparencia del negocio, etc.) aparezcan los iluminados que permitan el acercamiento de las partes y ofrezcan, de una vez por todas, alguna señal que indique el camino hacia la viabilidad del negocio.
Mientras tanto, permítanme un momento que, otra vez, me invitaron a fumar...