Se trata de uno más de los tantos descansos que los uruguayos hemos inventado para que el año no se haga tan largo. Las vacaciones de primavera se agregan a la lista que componen las vacaciones de Semana Santa, las de Carnaval, las de invierno (durante el mes de Julio), etc.; también podríamos engrosar dicha lista con los denominados “feriados largos” que durante el año son unos cuantos si tomamos en cuenta la adecuación de la fecha de cualquier feriado a la proximidad del fin de semana. Tampoco podemos olvidarnos de las tradicionales fiestas de fin de año que sirven para que muchas personas y también muchas actividades comiencen sus vacaciones ya en los primeros días de diciembre.

Como ya hemos dicho más de una vez, todo esto de las vacaciones, todo esto de que buena parte del país se “paralice” por algún tiempo, tiene sus defensores y sus atacantes a todo los niveles imaginables. Es que siempre que alguna actividad se paraliza sus consecuencias son contradictorias: siempre hay alguien que se beneficia y alguien que se perjudica. Durante estos días muchos alumnos de la enseñanza pública y privada "viven" las vacaciones al mismo tiempo que buena parte del personal docente y no docente de las correspondientes instituciones. Ellos, locos de la vida. Pero claro, al mismo tiempo, muchos de quienes "viven" del funcionamiento de esta actividad se sienten perjudicados, pues, durante estos días buena parte de su fuente de ingreso está parada.

Sin embargo, estas vacaciones, y no es la primera vez que esto nos sucede, parecen presentarse un tanto "livianas”, como que están pasando desapercibidas. Está bien que, se trata de unas vacaciones algo irregulares, debido a que algunos centros de enseñanza otorgan toda la semana libre, mientras otros se limitan a dar libres solamente algunos días. Y buena parte de la decisión en el seno de una familia respecto a qué hacer en estas vacaciones depende de la "agenda" de los más chicos de la casa. Generalmente  los adultos de las familia no se toman licencia durante estos días de primavera, entonces, los más chicos "marchan" para la casa de algún abuelo o de algún tío (muchos quedan "boyando" en la propia casa, sin más alternativa que el control remoto de la televisión o la computadora....).

Tomando en cuenta todo esto (y muchos otros factores que escapan a este análisis) ¿No sería bueno pensar que las vacaciones de primavera fueran organizadas de una manera integral por todos los actores? ¿No sería una buena oportunidad para que todos los institutos de enseñanza se pusieran de acuerdo y le dieran a sus vacaciones de primavera un carácter más estandarizado? ¿No serían las vacaciones de primavera otra posibilidad para que mucha gente aprovechara para hacer una "extra" como hace durante el verano o durante la Semana Santa? ¿No habría que aprovechar la semana entera para ofrecer las muchas posibilidades de la actividad turística? ¿No sería bueno que, de una vez por todas, los sectores de la actividad privada y de la pública se juntaran a pensar en sus intereses comunes? ¿No podríamos pensar en vacaciones disfrutables y rentables para todos? ¿No sería bueno que…