Se trata de una estrategia que permite ahorrar mucho más allá del alquiler, el papel higiénico y el café. Por ejemplo, JetBlue Airways cuenta con 1.400 agentes de reservaciones que trabajan desde sus casas. La mayoría de estos empleados que trabajan desde el hogar son contratistas independientes.
Los empleos desde el hogar crecieron 20% el año pasado (112.000 empleos). Este tipo de empleos evita lo problemas lingüísticos, culturales y la rabia que suelen inspirar los centros telefónicos de atención al cliente situados en el exterior. Y esto sin mencionar el temor de tener que darle, por ejemplo, el número de tarjeta de crédito a una persona que no se rige por las leyes estadounidenses.
Aparte de jóvenes madres, las compañías están contratando esposas de militares itinerantes, retirados, expertos en computación, veteranos de guerra minusválidos e, incluso, esposas que quieren volver a trabajar. Estos empleados pueden llegar a ganar US$ 1.200 cada dos semanas, trabajando durante 40 horas a la semana en la comodidad de su propio hogar.
La ventaja para los empleados es que se acaban los interminables traslados hacia sus lugares de trabajo, así como los costos de los mismos. Pero, por su puesto, existe un problema. Si bien los agentes caseros ganan más que sus colegas oficinistas, no cuentan con los beneficios propios de estos últimos, como seguros médicos.
Fuente: businessweek.com