que vigilaban a la víctima, en relación a la resistencia presentada por éste al llegar al avión.
Tres azafatas y una sobrecargo del vuelo de Iberia Madrid-Lagos en el que sucedieron los hechos, el pasado 9 de junio, han comparecido hoy como testigos, después de que se aceptara la petición de la familia para que dieran su versión ante la juez de Elche y se invalidara su declaración inicial por escrito desde casa.
Akpitaye, de 23 años, murió en el avión de Iberia cuando, junto a dos compatriotas, era deportado a Nigeria bajo la vigilancia de dos agentes de paisano de la Policía Nacional, lo que hizo que el aparato que había despegado poco antes de Madrid aterrizara en El Altet (Alicante).
La autopsia reveló que murió por asfixia, y en la investigación abierta por el juzgado de instrucción número 1 de Elche ya han declarado como imputados los dos agentes.
El abogado del nigeriano, Pedro Víctor de Bernardo, ha destacado que los policías imputados afirmaron en su día a la juez que, en el momento de tratar de sentarle, Akpitaye opuso una gran resistencia y que, incluso, 'fue capaz de quitarse' los lazos de las manos, para después liberarse de las ataduras en piernas y tórax, tras lo cual fue reducido.
Por contra, las azafatas, según De Bernardo, han asegurado que ninguna vio que Akpitaye lograra soltarse y que el nigeriano entró al aparato sin mordaza en la boca.
Durante su testimonio, han explicado que los agentes pusieron la mordaza después de que el nigeriano tratara de morderles dentro del aparato y que la cinta le pegaba los labios, mientras que, en su testimonio, los agentes habían señalado que la mordaza fue colocada antes de llegar al avión, en la T-4 de Barajas, y que no le cubría toda la boca.
El letrado ha admitido que tanto los imputados como las azafatas han señalado que el nigeriano oponía resistencia física y que hubo un forcejeo, por lo que se pidió ayuda a uno o varios agentes uniformados de Barajas para sentarlo.
Concretamente, ha dicho que las azafatas han comentado que, por parte de los policías, hubo una 'violencia proporcional a la resistencia' ofrecida por el nigeriano, aunque el letrado ha añadido que el personal de vuelo desconoce qué ocurrió una vez que todos se sentaron ya que la zona del deportado estaba oculta por una cortina.
Ha añadido que, según el testimonio de las azafatas, desde que la situación quedó normalizada y se despegó hasta unos cuarenta minutos después (cuando se decidió aterrizar en Alicante), no hubo incidencias ni gritos, y los policías sólo pidieron agua y toallitas, lo cual fue proporcionado 'sin abrir las cortinas'.
Queda pendiente de declarar una cuarta azafata, que vive en San Javier (Murcia) y no ha sido localizada. La familia de la víctima ha pedido también que acudan como testigos los agentes uniformados de Barajas que ayudaron a sentar en su butaca al fallecido.
Por su parte, uno de los hermanos de Osamuyi, Ikomwosa Ehiofomuan, ha considerado que se trata de un homicidio y ha pedido a la Justicia española 'una condena justa' por la muerte de su hermano, que llevaba cuatro años en España, a donde vino para 'ganarse la vida'.
Fuente: aerovia