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Domingo, 28 Octubre 2007 16:51

Turismo Social y Zonas de Exclusión: en la sociedad de la confusión

 por Observatur

29 OCT 07 PDU
En el diario catalán La Vanguardia. Salvador Cardus i Ros de la Universitat Autonoma de Barcelona, dice que se está transitando  de la sociedad de la información y el conocimiento a la sociedad de la confusión
Esto, explica, no es producto de mala fe ni mala formación, sino del exceso de información
Disponible al que podemos acceder.

El turismo. no es ajeno a este problema, con el fárrago de información que se maneja, proveniente
de los más distintos países, encarada a la luz de distintas ideologías o intereses.

Hoy nos cuesta definir que es un "hotel boutique", una "low cost" o Turismo verde, ecológico, natural o deportivo y todos los días nos bombardean con nuevas tendencias como el "slow travel", el morbo turismo, el turismo atómico o el especial.

Practicadas por la generación X, los baby boomers la generación del silencio, la gen  y del milenio.

Es  por  esto  que es difícil  hoy,  expresar con precisión un pensamiento, para que como nunca se preste a las más diversas interpretaciones.

El PDU se ocupó ya de definir el Turismo Social, más allá que el mismo pueda variar de acuerdo a su procedencia, porque no sería lo mismo hablar de Turismo Social en Suiza que en Bangladesh o Somalia.

Es por eso lógico que hablar de zonas turísticas de exclusión, pueda rechinar a muchos y en especial  a quienes promueven  el turismo social, aunque algunos creemos en ambos.

Pero la muy reciente propuesta de crear zonas de exclusión en las áreas, debería ser estudiada y pensada cabalmente.

El mundo está lleno de zonas (playas, barrios) de exclusión, grandes o chicas, temporarias o permanentes, legales o disimuladas.

Las zonas privadas fueron un motivo del crecimiento de la Costa del Sol hace ya varias décadas. Y los hoteles y condominios de Cancún se las ingenian para impedir el acceso de los locales a sus playas. Algo similar pasa en Miami Beach.
 
Un caso notorio es el de Cuba, con muchas restricciones en Varadero y en toda la isla, trabas para que los Cubanos accedan a restaurantes u hoteles. El argumento es sencillo y suena lógico: "priorizamos al que traiga divisas".

Así conocemos lugares en que no se permiten ómnibus de turismo, o se limitan, como Florencia. Ni acceso a autos de los no residentes (Puerto Banús) o ,donde los residentes no pueden ejercer  actividades rentadas (Maryland) u otras formas de "exclusión, como peajes y estacionamientos a precios muy altos que desanimen los curiosos.

En sentido contrario algunas reservaciones de nativos americanos no permiten la entrada de turistas al igual que algunas zonas de Bali, que se quieren proteger de la "contaminación cultural".

Algunas  paraísos turísticos Galápagos, Bermudas, son  francamente restrictivos en busca de conservar el ecosistema y también el turismo.

Por todo esto lejos de rechazar, que es una simple pasada por recuerdos y experiencias personales, no nos asusta el término exclusión y al revés creemos que el tema ,una vez puesto en la mesa  debe ser encarado seriamente.

Una práctica mundial, que aplican aquellos países que apuestan al turismo y sus innumerables beneficios.