y por eso visitó las obras del AVE en Barcelona. Me da que el que está al lado de sus ciudadanos es Nicolas Sarkozy que ayer dio una clase práctica a Z de lo que es un responsable político.
Sarkozy cogió el avión, se planó en Chad, recogió a tres compatriotas franceses y a las cuatro tripulantes españolas de GirJet y se volvió por donde había venido, pero con un triunfo diplomático que le sitúa como líder político europeo y que deja a la altura del betún al primer ministro español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Podrá alegarse que el peso tradicional de Francia en África no es el de España. Cierto. Que las relaciones diplomáticas que desde siempre tiene y mantiene nuestro vecino en el Continente Negro no tiene parangón respecto al español. Cierto también. Pero la imagen de un Sarkozy en plan "Rambo" liberador, dominando la situación, y trayendo de vuelta a casa a las españolas de GirJet sólo dejaría a Zapatero la opción de la dimisión si éste fuera un país medio normal.
Exteriores tardó tres dias en ponerse en contacto con los familiares de los españoles detenidos en el Chad y sólo lo hizo después de que éstos criticaran al departamento de Moratinos. Después la diplomacia española, a decir de quienes están cerca de los pasos dados por nuestro Ministerio, se empleó a fondo y puso en liza todo el tacto y la prudencia necesaria para avanzar en la solución de la crisis. Justo es reconocer su papel en todo este proceso, aunque queda la sensación de que siempre ha ido a remolque de los acontecimientos. Desde ayer da además la sensación de que la politíca exterior nos la lleva Francia.
Visto el panorama de ayer no cabe sino felicitarse porque las cuatro componentes de la tripulación de GirJet se encuentren por fin en casa, aunque queda el regusto amargo de ver como nuestro vecino lucha por los intereses de sus nacionales mientras Zapatero y su Gobierno se dedican a otras cosas. Pena.
A Zapatero no le vendría mal tomar nota de cómo actúa un presidente, y más aún teniendo en cuenta la "caballerosidad" de un Sarkozy que tuvo el detalle de dejar en Torrejón a las cuatro tripulantes españolas en vez de hacer viajar a un avión español hasta París como en principio anunció Moratinos que iba a ocurrir. El presidente galo debió pensar que con tanta Alianza de Civilizaciones mejor no arriesgarse a que el Gobierno español estropeara lo ya hecho.
Siempre queda la posibilidad de que Zapatero proponga un trueque: los tres españoles que aún quedan en Chad por Magdalena Álvarez. Total en dos días le habría levantado tal dolor de cabeza al presidente del Chad que nos la mandaría de regreso en Business Class.
fuente ADG