Nadia Eweida, de 55 años y que lleva siete en la compañía, ha estado de baja laboral sin sueldo desde que el pasado octubre sus jefes le dijeron que no podía mostrar la cadena con el crucifijo en público, aunque sí podía llevarla debajo del uniforme.
British Airways confirmó hoy que se le ha comunicado la decisión a la afectada, que tiene una semana para volver a apelar.
La aerolínea recordó que tiene 34.000 empleados en todo el mundo y que todos tienen que cumplir la normativa de uniformes.
Esa normativa -recordó BA- no prohíbe a los empleados llevar un crucifijo u otras piezas de joyería, sino que especifica que deben llevarlas debajo del uniforme.
El hecho de que otros símbolos religiosos, como el turbante de los sijs o el velo de las musulmanas, sí estén permitidos no denota discriminación religiosa, sino que, simplemente, "no es practicable esconderlos bajo el uniforme", dijo la empresa.
British Airways insistió en que su política de uniformes, similar a la de sus rivales, es un intento de ofrecer una imagen profesional y consistente en todos los países en los que opera.
"En el caso de Nadia Eweida, no ha sido suspendida y queremos que vuelva al trabajo -aseguró la empresa-. Le hemos explicado que debe cumplir las normas del uniforme al igual que sus colegas, al margen de su religión".
BA ha ofrecido a la afectada, que sigue rechazando esas normas, un empleo en el que no hay que llevar uniforme y donde podría lucir el crucifico, pero ella ha rehusado la oferta.
En declaraciones a los medios de comunicación británicos, Eweida dijo que quería poder mostrar el crucifijo "porque Jesús tiene que ser glorificado".
"No tengo motivación política, sólo sigo la verdad de la Biblia", añadió.
El caso de Eweida se produce cuando hay en el Reino Unido una polémica en torno a los símbolos religiosos, en la que ha intervenido el primado de la Iglesia Anglicana, Rowan Williams, para advertir a los políticos contra la tentación de decirles a los ciudadanos lo que pueden o no lucir en público.