Punta del Este fue una fiesta y un placer, en todo.
El entorno donde fue ubicado el circuito se puede decir que fue todo un acierto; las tomas de la televisión mostraban permanentemente, la majestuosidad de paisaje, con la Brava como fondo.
En momentos tan especiales como los que vivimos con el hermano país, no se podía haber conseguido, a las puertas de la temporada, una mejor promoción que la trasmisión de este Gran Premio Ciudad de Punta del Este.
Somos de los que queremos para nuestro país y fundamentalmente para Punta, eventos de este tipo. Automovilismo, tenis, rugby y hasta boxeo y fútbol, con torneos internacionales, serían efectivos convocantes de turismo, también internacional.
Salvo pasajeros inconvenientes para quienes deseaban concurrir a la playa y desplazarse por ese lugar específico, todo el armado de la gran carrera de TC 2000, no distorsionó casi la vida del lugar.
El Portal del Uruguay fue invitado a participar de la fiesta por parte del Ministerio de Turismo, la Intendencia de Maldonado y la Liga de Fomento y Turismo de Punta del Este.
Estuvimos recorriendo las diferentes tribunas, las salas vips de cada marca, la zona de boxes y el Palco Oficial; nos maravillamos con el entorno, nos ensordeció el rugir de motores y nos retiramos del circuito, antes de finalizar la prueba.
Nos dirigimos a Antel para trabajar un poco en lo nuestro, en Internet y cuando salimos, para regresar a Solanas, coincidimos con el final de la carrera y la salida masiva de los visitantes.
Por un momento, maldijimos nuestra decisión de permanecer en la Península y no haber previsto la aglomeración; cuando ya nos estábamos resignando a internarnos en el gran embotellamiento de automóviles y perder alguna hora en el intento de salir, comenzamos a notar que la marcha se hacía fluída y en pocos minutos, gracias a la perfecta sincronización del trabajo de la Intendencia Municipal, la Polícia de Tránsito y la Policía Caminera, estábamos en la ruta.
Sinceras felicitaciones a los responsables de la realización de esta etapa de TC 2000 y el deseo que se repita. Nos vemos.