trabaja en la zona desde un año antes de que la chimenea de Botnia empezara a echar humo.
El equipo ha investigado los niveles de concentración de metales y compuestos orgánicos en el agua y no se ha encontrado "nada que esté fuera de los parámetros",
FRAY BENTOS | DANIEL ROJAS
Dos meses después de la puesta en marcha de Botnia, el estado del río es "razonablemente bueno" y los parámetros no cambiaron. Lo dice el técnico argentino que dirige los estudios de impacto ambiental de la intendencia de Gualeguaychú.
El grupo de investigadores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de otros centros universitarios y de investigación de Argentina, dirigido por el doctor Héctor Ostera, trabaja en la zona desde un año antes de que la chimenea de Botnia empezara a echar humo. El objetivo era realizar un estudio ambiental, para evaluar luego si la puesta en marcha de la planta producía contaminación en el río y sus alrededores.
Ostera, investigador adjunto y subdirector del Instituto de Geocronología y Geología Isotópica, afirma hoy que en términos generales el estado del río es "razonablemente bueno" desde el punto de vista biológico y toxicológico y que no existen efectos alarmantes, más allá de los problemas que ya existían. En entrevista con El País, el investigador admitió que hasta ahora no se han difundido los resultados del estudio, a pedido de la Cancillería argentina y que estos se conocerían entre este mes y marzo y lo autoriza el Ministerio de Relaciones Exteriores del país vecino.
El equipo ha investigado los niveles de concentración de metales y compuestos orgánicos en el agua y no se ha encontrado "nada que esté fuera de los parámetros", excepto el exceso de nutrientes (nitrato y fósforo), producto de la actividad agrícola y el volcado de efluentes cloacales sin tratar.
"Eso se ha producido durante muchos años, porque las poblaciones que volcaban sus efluentes al río lo hacían con tratamientos no del todo eficientes", explicó Ostera.
SECRETO. Los datos exactos que surgen de la investigación se encuentran en poder de la comuna de Gualeguaychú, la Cancillería argentina y la Secretaría de Medio Ambiente, pero todavía no han sido difundidos.
"Aclaro que si hubiera algún problema mayor (por los valores de contaminación) sería el primero en pedir por favor que se comunicara a Uruguay", indicó el experto. Sin embargo, el equipo de investigadores no puede difundir los resultados a pedido expreso del gobierno argentino: "En este momento tenemos esa limitante y probablemente haya que pedir una autorización expresa a la Cancillería para publicar el resultado del estudio".
Ostera admite que el equipo sigue a rajatabla las "sugerencias" de la Cancillería en cuanto a difusión de información, sobre todo teniendo en cuenta que el diferendo entre los dos país ha llegado a la Corte Internacional de La Haya.
"Obviamente como investigadores a nosotros nos gustaría presentar la investigación en un congreso y eventualmente hablarlo con los colegas uruguayos. Pero no lo hacemos por la limitación solicitada por la Cancillería de nuestro país", comentó el investigador.
ALCANCE. El estudio también abarca la calidad del aire. Aunque en ese caso los investigadores contaban con poca información de base, Ostera afirma que en ciertas condiciones se han detectado componentes "que antes no existían" (ver nota aparte).
Ahora el equipo trabaja en la previsión de los niveles de "dilución" de los efluentes y su posición. "Lo que se está haciendo es una cosa muy importante. No sé si Uruguay lo ha considerado pero si no lo ha hecho lo debería considerar: realizar un monitoreo sobre el medio biológico. Se estudia el impacto que potencialmente pueden tener aquellos compuestos que son habitualmente liberados por otras plantas en la biota, el impacto potencialmente acumulativo", advirtió Ostera.
ORIGEN. La necesidad de realizar el estudio surgió por la "preocupación" de la intendencia de Gualeguaychú por la instalación de Botnia y ENCE.
"En ese momento le sugerí al intendente y al ministerio que hay que tener una línea de base porque, si bien la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay) realiza controles periódicos, probablemente la densidad y el volumen de información que se disponía no era suficiente para evaluar posteriormente el potencial de impacto que podría llegar a tener la planta", dijo Ostera.
El proyecto "dio vueltas en organismos oficiales argentinos", hasta que el ex intendente Daniel Irigoyen tomó la decisión de respaldar los estudios.
De la investigación participan la Facultad de Recursos Naturales de la UBA, la Universidad de Comahue, la Universidad de Luján, la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Instituto de Geocronología y Geología Isotópica, así como los laboratorios municipales.
Todas las mediciones y muestreos se realizan ante escribano público. En las aguas del río Uruguay, los expertos estudian las comunidades planctónicas, formadas por pequeños organismos vegetales y animales que son parte de la cadena alimentaria de los peces. Se analiza la temperatura, el oxígeno, los nutrientes y la concentración de sólidos en un área del río que abarca unos 40 kilómetros Además, los investigadores estudian la atmósfera de Gualeguaychú y alrededores.
Detectan compuestos nuevos en el aire
Sobre el aire en torno a la planta de Botnia, el experto argentino Héctor Ostera señaló que "bajo determinadas circunstancias se han detectado algunos compuestos que anteriormente no existían", afirmó.
Ostera aclaró que esto "no es una cosa continua" y que Argentina dispone de estaciones móviles que realizan mediciones constantes y acuden ante "cualquier emisión, cualquier olor extraño". En su opinión, las emisiones de la planta pueden llegar a Gualeguaychú, más allá de que los niveles de concentración sean altos o bajos. Ostera explicó que parte de las emisiones llegan a Argentina, pero que la zona más afectada será Fray Bentos, "simplemente por la capacidad de dilución y la posición de la chimenea".
"Hay evidencias a partir de los modelos, y también existen evidencias concretas obtenidas en mediciones que han detectado compuestos emitidos por la planta, eso es así", indicó. Hasta ahora no existía en la zona un registro completo de medición de contaminantes atmosféricos, como el azufre. "Desde setiembre estamos trabajando en las mediciones", dijo el experto. Para estudiar la calidad del aire los investigadores contaban con pocos datos de base y procesaron la información meteorológica para determinar los viento dominantes y la capacidad de dilución de la atmósfera, con programas estandarizados.
Ostera es doctor en ciencias geológicas de la Universidad de Buenos Aires y profesor de la cátedra de Geología Isotópica. Se desempeña como subdirector del Instituto de Geocronología y Geología Isotópica.
Puente abierto
El gobierno decidió mantener abierto el puente que une Fray Bentos con Puerto Unzué, informaron fuentes de la Prefectura Nacional Naval. El presidente Tabaré Vázquez había ordenado su cierre el 9 de noviembre cuando comenzó a funcionar Botnia. Luego ordenó la apertura al llegar las fiestas navideñas.