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Viernes, 01 Diciembre 2006 04:47

El único trabajo serio : Marketing de Producto en Uruguay.

por Alberto Cuevas
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Don Negro:

Rara vez alguien sensato sueña con ser completamente comprendido. No sé
si me cabe el adjetivo, pero tengo una larga experiencia en esto de
escribir para saber lo que pienso (no sea cosa que vaya a pensar que
pienso lo que escribo), y aprendí con dolor que rara vez importa lo que
uno diga y siempre lo que entienden los demás.

Pese a todo, me extraña sobremanera haberme expresado tan mal como para
que -lo que digo en mi columna del miércoles 29 (gentilmente publicado
de nuevo hoy junto a su réplica) y la carta de la Mtra. Borrallo (Nane
para quienes la conocemos) haya podido ser interpretado del modo que lo
fue.

Antes de entrar en tema, me apresuro a saludar a Nane en su condición de
mujer hermosa, inteligente, con múltiples talentos e intereses en los
que los expresa, trabajadora incansable y no siempre comprendida ni
debidamente apoyada en su condición de integrante del pequeñísimo número
de personas del Sector que creen que capacitarse, pensar, y trabajar
humildemente y sin ruido, es la forma de hacer que el Turismo salga del
pantano en que lo hemos metido.

Voy a aceptar polemizar, aunque no me gusta (ya que estoy completamente
convencido de la inutilidad de casi cualquier enfrentamiento), porque mi
posición es sostenible y sustentable, y porque no me gusta lo que se
entendió de mis dichos, ni ser asociado con posiciones elitista.

No se me enoje ninguno de los dos, que no les atribuyo intenciones, pero
-aunque nada está más lejos de mi esmirriado paquete ideológico ni de mi
sustento ético que estar del lado de las élites- no creo que la aún
inexistente Política de Turismo sea el lugar donde dirimir y resolver
las contradicciones e injusticias congénitas del Capitalismo imperante
en el ancho Mundo.
Creo sí, que siempre hay que optar por el mejor turista posible, que el
turismo masivo destruye los destinos, que masivo y low cost no son lo
mismo, que hay que segmentar la oferta de acuerdo a la demanda y sus
posibilidades; y que voy a tardar en perder la cuádruple sonrisa que
adorna mi rostro desde el pasado domingo (no la podía dejar pasar,
disculpe ).

Vuelvo a la presunta seriedad de mi planteo. Releo la columna y no
alcanzo a ver en qué se funda la afirmación de que me opongo a trabajar
para atenuar la estacionalidad, o al desarrollo de los demás productos.
Nada de eso digo, pero al parecer se infiere de mis dichos.

Lo que digo y reitero, es que:

1) Sol y playa es un producto explotado -en general- con casi nulo
respaldo técnico (especialmente su Marketing, en todas sus ramas),
escasamente desarrollado respecto de su potencial, lo que no quita que
haya sido nuestro destino manifiesto, nuestro principal rubro (hasta que
se demuestre o consiga con trabajo serio y profesional lo contrario).

2) El Turismo es estacional y fronterizo por definición, como finita es
la vida y redondo el sol. Las zafras existen desde que el mercado es
libre, y la gente hace lo que quiere. Pregúntense si no, por qué un
huevo de Pascua cuesta lo que cuesta el Viernes Santo y el lunes
siguiente; o traten de vender pan dulce fuera de diciembre o helados en
invierno.

Uno no debe ir en contra de lo que hace y quiere su consumidor, sino
hacerle caso y tratar de ver cómo hace para que siga viniendo,
promoviendo espontánea y fielmente el destino, y -sobre todo- para
arreglárselas con una planta ociosa diez meses por año. Por suerte, no
se trata de un problema original, y hay mucha experiencia en el mundo al
respecto.

3) Se puede y debe tratar de ser lo más atractivos posibles todo el año,
podemos y debemos hacer énfasis en apoyar el desarrollo de oferta
alternativa. Lo que no se puede es así, a golpes de voluntad y presunta
inspiración.

4) todo lo que digo es válido para mí, por provenir de mi reflexión y
experiencia, pero tiene algún sustento. Dice la sabiduría popular que
"el santo de mi pueblo no hace milagros", ni "nadie es profeta en su
tierra". Así que me voy a apoyar en el único trabajo serio y
participativo que se hizo en relación al Marketing de Producto en
Uruguay. Sería bueno que todos le diéramos una buena leída; ya que hoy
es el futuro previsto en el Programa de Cooperación terminado en 1996,
poco o nada de lo resuelto y propuesto se hizo, la oferta y demanda han
cambiado relativamente poco y -por ende- lo allí afirmado sigue siendo
(lamentablemente) válido.

En subsidio de lo que sí afirmo (no de lo que no dije y ya aclaré) voy a
citar un pequeño pasaje del Plan de Marketing elaborado a lo largo de
cinco años, por parte de más de 400 representantes de todas las
entidades que por entonces entendieron que pertenecían al Ámbito
turístico, y decidieron que sus representantes construyeran un verdadero
modelo de Política participativa, apoyados por decenas de Técnicos
uruguayos y extranjeros. Ya allí reza que es necesario reforzar el
trabajo (y se da orientaciones de cuáles son los puntos fuertes para
ello) tendiente a contrarrestar la estacionalidad). Leamos:
*
Del Producto "Ciudad y Negocios: *
En la actualidad todavía no se percibe como un producto turístico
netamente diferenciado Su grado de desarrollo varía en función de los
recursos existentes en los distintos núcleos urbanos, adoleciendo de una
infraestructura muy escasa como para promover el turismo de negocios que
viene acentuada por un nivel insuficiente de la oferta complementaria y
lúdico-recreativa.

*Del turismo Termal:*
La oferta actual de este producto se ha configurado, principalmente, en
torno al uso vacacional, lúdico y recreativo del recurso termal. (Nota
mía: es decir: Sol y Playa no estival)

*"VALORES EN DECLIVE *
§ La masificación - El ruido y la contaminación. - El consumo
desequilibrado e irracional - La estandarización - La pérdida de
identidad - El tiempo libre “hueco” - El monocultivo vacacional y del
tiempo del ocio - Prisas - Precios que superan la barrera de
"satisfacción". (Que el consumidor pueda percibir que paga por más de lo
que recibe) - Voluntarismo en el servicio / amateurismo.

Seguro que esto sigue. Gracias por el espacio y la paciencia.

Un abrazo

Beto