En su presentación, Martell hizo un recorrido por la labor desarrollada desde el 2005 para preservar las tradiciones de las tres comunidades portadoras de ese acervo músico-danzario de ascendencia haitiana. Su legado se ha transmitido de generación en generación desde 1862, y estuvo a punto de extinguirse por el distanciamiento geográfico de las comunidades.
La especialista anunció que en abril próximo concluirá la aplicación del proyecto inicial, tras un intenso proceso de casi tres años.
Para ello, precisó, se trazó un plan para profundizar en el conocimiento y valoración de la Tumba como testimonio de diversidad cultural, recobrar su imaginario y estimular su transmisión mediante un proceso creativo.
La Tumba agrupa tres comunidades del oriente de la isla: una en Santiago de Cuba, otra en Sagua de Tánamo y una tercera en Guantánamo.
Sus protagonistas cultivan el canto en lengua creóle y los bailes con instrumentos de origen africano.
fuente Caribbean News Digital.com