Al menos esta medida tendrá vigencia durante los meses de abril y mayo.

En nuestro reciente viaje a España, pudimos ver en directo, detalles del servicio.

Se puede decir que el mismo es en general, bueno.

El Boeing 767-300 está en buenas condiciones generales aunque todavía no ha sido reparada una falla electríca con la que vino, que hace que no funcione el audio ni la luz de lectura en una importante cantidad de filas de asientos del sector central de Económica.

En el tramo de ida, el avión estuvo muy bien presentado en cuanto a las condiciones higiénicas y el servicio de catering, fue apenas correcto.

En el trayecto Madrid-Montevideo, las mesas, al ser desplegadas, denotaban falta de limpieza.

El servicio de catering muy bueno, por ende, muy superior al de ida.

En ambos trayectos, la atención de la tripulación, como siempre, fue impecable y cordial.

Durante todo el vuelo, a diferencia de lo que ocurre con otras aerolíneas, los pasajeros pueden servirse refrescos, café y si lo requieren, sandwiches. Tanto en las cenas como en los desayunos, se reitera el ofrecimiento de bebidas y no se cobra el vino ni la cerveza por ejemplo, como si, sucede en otras compañías.

En el Boeing 767, al igual que en el counter de Barajas, conviven las viejas y las nuevas señales de imagen corporativa. Este es un tema que debería resolverse a la brevedad pues la demora, está haciendo perder impacto al efecto del diseño de Ken Cato.

Por último, en Madrid, donde nos movimos todos los días por el Metro, no vimos ninguna publicidad de la empresa.

A la ida, fuimos gentilmente invitados por el Comandante Fernando Zas, a vivir el despegue en la cabina de mando. Al regreso, fuimos nosotros quienes pedimos ingresar, esta vez para intentar conversar sobre la actual situación, nuevamente tirante entre el gremio y la empresa, de la cual nos enteramos en Madrid. Era otra tripulación.

Lo único que nos fue informado fue que en ese momento, dejábamos atrás Tenerife y que pasábamos de 33.000 a 34.000 pies de altitud...

SAH