Anoche, avisados por una amiga, compramos las entradas a última hora y por lo tanto, fuimos a parar a la Tertulia del Cine Plaza, para ver lo que suponíamos, sería un gran espectáculo de Carnaval.

En el mencionado escenario se anunciaba el festejo del "Campeón 2008" de Parodistas: "Zíngaros" y como "artista invitado", la murga "Agarrate Catalina".

Decir que nos retiramos a la mitad del programa, es reflejar lo que pasó.

Estaba previsto el comienzo para las 21 y se dio a las 21,40 (insoportable muestra de mala educación uruguaya, cada vez más enraizada).

Fue como si la murga, que actuó en primera instancia, hubiese cantado en alemán o en chino, o peor, que hubiésemos retrocedido en el tiempo hasta la época en que "no se les entendía nada"; así, de ese porte, fue la espantosa amplificación.

"Agarrate Catalina",primer premio 2008, nos habían dicho todos, estaba fenomenal, no nos enteramos.

Cuando termina la murga, ¡intervalo de 15 minutos!, donde se repitió hasta el cansancio lo que suponemos era el jingle de un espónsor (tampoco lo oímos, a pesar que el volumen perforaba los tímpanos).

Pero lo peor estaba por venir, cuando todos esperábamso de una buena vez que comenzaran las parodias sobre Roberto de las Carreras y la de la Fuga del Penal de Punta Carretas, aparece en escena la figura de Zíngaros, "Pinocho" Sosa y estuvo ¡otros cuarenta minutos!, repitiendo "la verdad, esta gente cuando se puso la brava la cosa nos apoyó ¡fuerte el aplauso!..."

"Esta gente", eran los espónsors, a quienes tuvieron parados en el escenario todo ese tiempo, para entregarles unos reconocimientos por el apoyo económico. Destacable gesto pero, para realizar en un asado, o en el club donde ensayan y no en un escenario donde se cobra entrada.

Cuando empezó la actuación del conjunto de Parodistas, la agresión a los oídos se hizo más ostensible a causa de la deficiente amplificación y como un resorte, toda la familia (éramos seis), nos levantamos y nos fuimos.

Además de la bronca y el dolor de oídos teníamos apetito, caminamos unos pocos pasos hasta una pizzería de 18 de Julio y luego de asustarnos con los precios que figuraban en la carta y que habian pasado más de 10 minutos sin que la camarera que acomodaba otras mesas, nos tomara la orden, segunda renuncia de la noche: nos fuimos.

Caminamos hasta la Plaza del Entrevero (eran 23,55), buscando La Pasiva allí instalada, cuando nos íbamos a sentar, un mozo nos advirtió: "ya está cerrado"...¿antes de medianoche?.

Nos subimos al auto, famélicos y desconcertados y cuando pasábamos por Ejido, vimos que La Pasiva de allí estaba abierta y estacionamos frente al Palacio Municipal.

Cuando caminábamos hacia la cervecería, el cuidador de autos nos dijo: ¿no lo dejó muy cerca de los faloperos...?, ahí levantamos la vista y nos encontramos una explanada repleta de jóvenes sentados, la mayoría con botellas, no precisamente de refrescos, vimos a algunos, en el preciso momento que se trepaban a la estatua del David mientras otros tomaba fotos y algunas parejas, prodigándose mimos y arrumacos subiditos.

Tuvimos la mala idea de sentarnos en la vereda...más allá de los niños pidiendo, los vendedores de rosas y otras yerbas, en determinado momento, aparentemente alguno de los "chicos de enfrente", resolvió variar y fumar tabaco y como en nuestra mesa, nadie le dio un cigarrillo, se puso medio agresivo.

Nosotros, pensamos con dolor, al centro, de noche, por un tiempo no volvemos. ¿Nadie va a hacer nada?. Nos vemos.