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Lunes, 21 Abril 2008 20:33

Yo, la peor de todas

por Juan Pablo Ríoseco, Asunción

22 ABR 08 PDU
En 1537, cuando Juan de Salazar y Espinoza de los Monteros fundó la ciudad de Asunción, en el corazón de  América del Sur, nunca imaginó la paradoja que contendría su nombre cinco siglos más tarde. Hoy, la capital de Paraguay no sólo figura en la parte más baja del ranking de ciudades que America Economía presenta en esta edición, sino que es una de las más pobres y poco desarrolladas del mundo.
Prueba de ello es que los informes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dicen que cerca del 70% de la población económicamente activa trabaja en la informalidad. Y a fines del año pasado, un comité especial de la ONU conminó al gobierno paraguayo a mejorar sus condiciones de pobreza. Su PIB per cápita no alcanza los US$ 2.000 al año. Y ni hablar de los índices de seguridad y corrupción.

Pero a principios de esta década los asunceños se dieron cuenta de que desde el fondo –si se quiere– no se puede hacer otra cosa que subir. El gobierno y privados comenzaron entonces a estudiar formas de promover las inversiones al país. En 2005, con la ayuda de académicos y expertos internacionales y bajo el alero del Ministerio de Industria y Comercio, se creó el organismo de promoción Rediex (Red de Importadores y Exportadores del Paraguay), uno de los pocos organismos que entregan algo de información concreta dentro del pesado aparato público paraguayo.

Poco antes, en 2003, se había concretado una baja del impuesto a la renta de un 30% a un 10%, convirtiéndolo en el más bajo de la región. Sobre esa base, Rediex comenzó a trabajar en proyectos de ventanilla única y de simplificación de trámites para crear empresas. “El Programa de Sistema Unificado de Apertura de Empresa (SUAE) ha sido clave”, dice al respecto Juan Poggi, académico de la Universidad Americana que colaboró con la apertura del organismo. “Hoy, el país es capaz de hacer en 20 días los trámites que antes demoraban más de dos meses”. Y los costos asociados a la creación de una empresa han bajado de US$ 1.000 a US$ 200. Debido a ello, “subimos desde el puesto 130 al 66 entre los países del mundo”, se alegra Andrés Bogarín, director de promoción de inversiones de Rediex. Paralelamente, se creó un logotipo para “vender” el país a los inversionistas extranjeros, con un foco especial en Brasil, país clave para la economía paraguaya.

Además, a principios de esta década se instauró un régimen de maquila con una serie de beneficios tributarios para compañías extranjeras, que ha impulsado la instalación de fábricas de motonetas en la ciudad, por ejemplo.

Asunción, ciudad lejana de los polos de desarrollo agrícola del país, también busca mejorar en su oferta de servicios. Aprovechando su ubicación en el centro del continente, los privados buscan fomentar el turismo de las reuniones de negocios. A fines de 2004 se inauguró el primer hotel de bandera internacional de la ciudad, el Sheraton, con 100 habitaciones y cerca de seis salones de eventos, el más grande de ellos, de 1.200 m2. Y a principios de 2007 abrió sus puertas Crowne Plaza, con 74 habitaciones y capacidad de 1.000 m2 para congresos.

Por otro lado, la empresa argentina La Gloria Hotelería S.A. está invirtiendo cerca de US$ 5 millones en restaurar el antiguo Hotel Guaraní, el cual se inaugurará en mayo con 22.000 m2, que incluyen salas de cine, teatro, auditorio y casino. A eso se suma un gran centro de eventos que está pronto a inaugurar la Confederación Sudamericana de Fútbol en las cercanías del aeropuerto, el cual podrá albergar hasta 2.000 personas, además de un Museo del Fútbol.

Asociados desde 2002 en la Asunción Convention & Visitors Bureau, los hoteleros, agencias de viaje, líneas aéreas y centros de eventos buscan impulsar el turismo, con el apoyo del Ministerio del ramo. “Siempre ha habido turismo de compras, pero no de negocios”, dice Gustavo Riego, su director ejecutivo. Y explotan una de sus principales ventajas: Paraguay es la ciudad más barata del mundo, según el ranking de Mercer Human Resource Consulting. Dice que invertirán US$ 200.000 en una campaña en São Paulo llamada Novo Paraguay para contrarrestar la imagen negativa de Paraguay, que parte este mes.

Los precios e impuestos bajos son ventajas más que suficientes para algunas compañías. Es el caso de la española Bouncopy, que inauguró en enero un call center que prestará servicios de ventas en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, en especial a España. Ya tienen 700 empleados y dentro de poco llegarán a los 1.000. “Es una cifra alta para los estándares de la ciudad”, comenta Bogarín, de Rediex. Para agregar que la estadounidense Teleperformance tiene en carpeta una inversión de cerca de US$ 6 millones en la misma área.

Más fierros
Pero los problemas de Asunción no tienen que ver sólo con la escasez de oferta laboral (la migración a Brasil y Argentina es permanente): la infraestructura está lejos de ser siquiera correcta. El sistema de transporte público es ineficiente y la inversión en el Plan Ceta, el nuevo sistema, avanza lento. Este año cumplirá su primera década (1998) y todavía no anda por sí solo.

El aeropuerto de la ciudad, el Silvio Petirrossi, tiene apenas cuatro puertas y sólo tres líneas aéreas operan en el país: Tam Mercosur, Gol y Aerolíneas Argentinas. “El problema para los extranjeros es cómo llegar a Asunción y a Paraguay”, reconoce Eduardo Clari, director de clima de negocios de Rediex. Los candidatos a la Presidencia de la República (las elecciones están programadas para el 20 de abril) han dicho que tienen planes de inversión para el terminal, pero todo depende de los comicios. Por el momento, sólo hay refacciones pequeñas y se encuentra en proceso la compra de radares por cerca de US$ 20 millones.?

Por otro lado, la intendenta municipal, Evanhy de Gallegos, afirma que este año estará terminada la nueva Costanera, una vía que bordea la ciudad, cuya inversión se acerca a los US$ 80 millones. Eso se suma a US$ 180 millones que están invirtiendo la multinacional Cargill y socios locales en Puerto Zeballos, una terminal fluvial, al sur de Asunción, que transportará 1,3 millón de toneladas al año. “Va a sentar un precedente en la operativa de los puertos nacionales, porque viene con ISO 14000 con estándares de Cargill que se aplican en todo el mundo”, se entusiasma Bogarín.

La apuesta de Rediex es que, fuera de la ciudad, lleguen más empresas a hacer más inversiones en las hidrovías, lo que daría una mayor oferta de infraestructura a sectores como el forestal. Clari cuenta que el Ministerio de Obras Públicas hay un proyecto a 10 años plazo que contempla una inversión cercana a los US$ 3.000 millones para dotar al país de conexiones viales más modernas. Si se realiza, “de aquí a 10 o 15 años el país tendrá solucionado su tema de infraestructura”, dice.

La carrera
Pero aún avanzando, Asunción debe acortar ventajas con otras ciudades de América Latina que lo hacen a pasos más grandes. Incluso dentro del mismo Paraguay. “Hay otras urbes que han crecido mucho, como Encarnación”, recalca el senador del partido Patria Querida, Ronald Diezte. Explica que las regiones más ricas del país están fuera de la capital, sobre todo en el noreste, donde prosperan las tierras ganaderas y de cultivo de soja y maíz, frutas y leche. “En cambio, Asunción está cerca de la parte más pobre de Argentina”, agrega. Según pequeños estudios informales, los habitantes de las provincias tienen ingresos hasta tres veces más altos que los del centro, donde están los asunceños.

La pregunta es cuándo tardarán las promociones en plasmar resultados en el nivel de vida de los asunceños y paraguayos en general. Para muchos, lo avanzado es demasiado modesto. “Mucha gente me dice: ustedes llevan varios años en esto, ¿cuándo llegarán las inversiones?”, dice Bogarín, de Rediex. “Yo les contesto que hay que tener paciencia, éste es un trabajo de largo plazo y partimos de cero”. Gustavo Riego, por su parte, afirma que el país ordenó hace muy poco su macroeconomía y ahora está en condiciones de atraer capitales extranjeros: “El problema es que eso siempre implica un golpe a la microeconomía, por eso la gente cree que Paraguay está mal”, dice, confiando en que en unos años los beneficios llegarán a la gente de la capital.

Mientras, los asunceños esperan. “Paraguay crece acompasado, pero usted va a ver en el rostro del asunceño siempre una sonrisa”, opina la intendenta De Gallegos, como tratando de conformarse. Pero sabe que todos los habitantes de la urbe tienen la esperanza de deshacerse de sus estigmas y, como promete su nombre, ascender.


fuente: América Economía