Además, aporta hasta el 70 % de los ingresos en los países más pobres del mundo.
Ante la perspectiva de casi duplicar los viajeros internacionales hasta 2020, se
espera que los aumentos más significativos tengan lugar en mercados como China, la
India y varios destinos del Asia Sudoriental. Los Estados del Golfo y los países
emergentes de la Europa Oriental completan ese cuadro, seguidos por los mercados
latinoamericanos y, por último, por los africanos.
Mundos a conquistar.
Muchos de ellos se están convirtiendo en importantes mercados emisores, apoyados por
el crecimiento de las clases medias, y también por las políticas de liberalización
que fomentan la movilidad. Según los datos de la OMT, en 2007 los turistas chinos
gastaron ya cerca de 30.000 millones de dólares en el extranjero.
El potencial de turismo interno de los mercados emergentes - en 2006, China registró
1.600 millones de desplazamientos, y la India 461 millones - es una prueba más de su
importancia a largo plazo para el turismo internacional.
Entre 1996 y 2006, el turismo internacional aumentó 6 % en el conjunto de los países
en desarrollo, 9 % en los países menos adelantados, y 8 % en otras economías de
ingresos bajos y medios-bajos. Con este trasfondo, el sector será cada vez más
reconocido como un agente clave de las estrategias nacionales de reducción de la
pobreza y de la financiación del desarrollo.
El futuro es posible
En su intervención ante la Conferencia de la Tourism Society del Reino Unido, el
Subsecretario General Geoffrey Lipman señaló que la inversión en infraestructura y
la formación de recursos humanos son elementos clave para conseguir que esa
tendencia sea sostenible. También trató de la importancia de unas estrategias
fiables de respuesta al cambio climático a largo plazo, que permitan a esos países
aprovechar su potencial de crecimiento turístico.
Lipman declaró que «parece sensato prever que este escenario de crecimiento sufra
del receso de la economía, y más que sensato afirmar que los aumentos masivos y
prolongados del precio del crudo, con alternativas escasas a corto plazo (al menos
para las compañías aéreas), así como otras "megacrisis" tendrán un efecto depresor
fundamental. Pero el número de viajeros potenciales es tan enorme y la lógica de
apuntar al turismo para fines de desarrollo tan penetrante que las perspectivas de
crecimiento a largo plazo seguirán siendo importantes en cualquier caso.»
Asimismo, observó que se espera que, en los próximos años, se asignen recursos
importantes a la Ayuda para el Comercio de la Ronda de Doha, a la financiación del
desarrollo relacionada con los objetivos de desarrollo del Milenio, así como a la
respuesta al cambio climático y a la transferencia de tecnologías limpias.
Por último, destacó la importancia de las asociaciones publico-privadas para
asegurar que los Estados pobres y los emergentes accedan a estos fondos para el
desarrollo del turismo, subrayando el papel de la OMT en el apoyo a este proceso.
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