El comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, explicó que ya es hora que las aerolíneas contribuyan a la lucha contra el cambio climático, visto que las emisiones directas del sector suponen alrededor del 3 por ciento del total de las emisiones de gas invernadero en la UE y no dejan de crecer.
Dimas cree que incluir a la aviación en el sistema europeo de comercio de emisiones será más barato y supondrá un mayor beneficio a nivel medioambiental que otras alternativas, como tasar el combustible.
La CE propone incluir en 2011 a las emisiones de todos los vuelos dentro de la UE y un año más tarde a todos los vuelos desde y hacia los aeropuertos europeos.
Las medidas afectarán a todas las aerolíneas, tanto a las europeas como a las de terceros países.
Al ser preguntado sobre cómo se pretenderá obligar a las compañías no europeas a participar en el sistema, Dimas se limitó a decir que la única manera para combatir la amenaza del cambio climático es "actuar de manera global".
Al igual que las industrias que ya participan en el sistema europeo de comercio de emisiones, las aerolíneas recibirán anualmente un número determinado de derechos de emisión de CO2.
Las compañías que emiten más CO2 de lo permitido tendrán que adquirir derechos de emisión en el mercado, mientras que otras que lanzan menos de la cantidad permitida estarán capacitadas para vender sus derechos sobrantes.
La CE asegura que un eventual incremento del precio de los billetes de avión será "limitado" e "inferior" a los incrementos registrados en los últimos años debido a la subida de los precios del crudo.
El efecto de la medida sobre la economía y la competencia europea también sería relativamente "muy pequeño" en términos de crecimiento del PIB y del empleo, indicó la Comisión en un comunicado.