por Sergio Antonio Herrera
Entre el gobierno -responsable directo- y los empresarios de Leadgate,
se está terminado la partida de póker que por momentos fue conga y en
otros, Tutte Cabrero.
Conga al principio cuando era todo optimismo; el Tutte Cabrero se armó con la cancelación de la ruta a Madrid y actualmente, se juega póker, con semblanteo y faroleo, aunque por momentos parece Truco por los envites y las mentiras.
La confirmación de la inexistencia de capital -por la vía de los hechos- del lado del consorcio, la imposibilidad de pagar las facturas de ANCAP,la increíble negociación con el Hotel Argentino de por medio, el despido del rostro visible de ACIPLA, Fernando Zás y desde ayer, la renuncia del Coordinador de Seguridad, Mario Suárez, son indicadores inequívocos que la película de PLUNA S.A. está próxima a dar paso en la pantalla al The End.
Hay convencimiento general en la interna de la aerolínea que aún, si por milagro (o no tanto), apareciese el dinero fresco para recapitalizar a la empresa y pagarle a ANCAP, sería imposible acomodar el brutal deterioro existente en el relacionamiento.
Ayer dimos una amplia recorrida por todo el entorno y no pudimos confirmar de manera alguna si la deuda con la empresa AWAS, la arrendadora de los Boeing devueltos, se suma a los 27 millones de dólares de déficit reconocido en el primer año de gestión de esta PLUNA S.A. o si simplemente, los números rojos eran aquellos.
Pero si pudimos enterarnos que fue la propia empresa la que oficializó la verdadera entidad de los números rojos ante el Ministerio de Trabajo.
En una nueva muestra de desprolijidad se estableció ante la cartera, la imposibilidad de aceptar las condiciones del Consejo de Salarios por tener un déficit de 41 millones de dólares...
Antes esta realidad se plantean dos temas perentorios de extrema importancia: el costo político en las puertas del período pre-electoral y la continuidad del servicio, en las puertas de la alta temporada.
La primera de las cuestiones escapa a nuestro análisis por tratarse de un tema eminentemente político pero no obstante, como ciudadanos comunes, podemos adivinar que siendo Astori, factor determinante en la adjudicación del 75% del paquete accionario a Leadgate y eventual candidato a la presidencia de la República en el próximo período, el Frente Amplio no ahorrará esfuerzos para que esta situación se resuelva y se reinicie a la manera de un by pass: con todas las garantías, con la mayor asepsia y celeridad posible.
En este contexto, nos permitimos confirmar nuestra adelantada presunción acerca de la debilidad del consorcio Leadgate en el presente escenario.
Sea quien sea la persona o grupo que quede al comando de PLUNA deberá ser conocedor de la operativa y tener las condiciones y conocimiento requeridos para conducir en plena turbulencia.
Ignoramos el orden de la lista de espera de los eventuales inversores interesados en hacerse cargo de las tres cuartas partes del paquete de acciones de PLUNA pero no dudamos que existe; el actual gobierno, a menos que renuncie a la posibilidad de pelear con decoro las próximas elecciones, tiene que tener previsto no solamente un Plan "B", nos animamos a sumar varias letras más.
La sociedad uruguaya está harta del tema PLUNA y a nadie con dos dedos de frente se le puede argumentar que hay que volver a usar los dineros de Juan Pueblo para un nuevo salvataje.
Más que el prestigio, la credibilidad, la honradez y probidad de las influyentes personalidades que tienen sus apellidos involucrados en este escenario, nos atrevemos a ser muy gráficos: lo que está en juego son aquellos atributos...los mismos que habrá que poner encima de la mesa para usar el bisturí. Nos vemos.