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Miércoles, 29 Octubre 2008 06:03

La tumba de los cracks

por Sergio Antonio Herrera
Cuando nos ponemos a escribir este artículo, en la mañana del miércoles, sabemos que esta noche, quizás un poco demorada de más, vamos a tener la oportunidad de vivir una instancia que nos traerá otra
visión, muy diferente a las que se están manejando últimamente en la prensa y en los corrillos.

La escribimos aún sin saber, si está el dinero para recapitalizar o aunque más no sea, para pagarle a ANCAP.

Con Leadgate a PLUNA, llegó una nueva forma empresarial.

Para nada desconocida y mucho menos para quienes estamos en el tema y viajamos y sabemos que pasa en el mundo.

Pero esa forma, traía consigo un combo explosivo de ingredientes: sus integrantes eran argentinos,jóvenes y universitarios.

El combo de referencia fue "traducido al uruguayo" de inmediato y los integrantes de Leadgate pasaron a ser de inmediato: "los porteños insoportables".

Que sepamos, el de más bajo perfil es Sebastián Hirsch, el hombre de las finanzas del trío; en el otro extremo, el más mediático, el más conocido, el más expuesto, Matías Campiani, al principio, había logrado, con los talleres, con su inmersión en la recordada operación Jeddah/757,con sus apariciones en la prensa, cierto prestigio, reconocimiento a su formación a su inteligencia y demás.


Campiani, Bouzas, Hirsch y Demalde

Y el tercero en la nómina, Arturo Demalde, quien tiene a su cargo todos los temas operativos, ha sido sin dudas, el elemento que ha generado mayor rechazo en la interna, por su forma de ser, alatanera, agresiva, despreciativa hacia sus empleados, a tal punto que se dice a menudo que hay lista de espera para agarrarlo a trompadas.

Cuando se plantea una forma de relacionamiento de este estilo, la parte empresarial para avanzar para solidificar su prestigio y la propia marcha exitosa de la empresa, debe ser impecable, no puede fallar en absolutamente nada y debe contar con mucha fortuna (léase suerte, por las dudas).

Todos sabemos que nada de ello ha ocurrido y que las que se viven en estos momentos, son las horas más difíciles de todo el contexto de PLUNA.

El gran contrasentido de esta situación, el gran pecado que con el tiempo se va a valorar en su justa medida es que no todo lo que trajo Leadgate fue negativo o equivocado y uno de sus mejores aportes ha sido algunos aspectos de la reconversión interna y la importación de experientes mandos medios.

A pesar del caos aparente, hay muchas cosas bien hechas en esta nueva etapa, algunas de las cuales fueron las que nos habían convencido en su momento para otorgar el crédito a la gestión que habíamos expresado oportunamente.

Pero todo tiene su límite y hacer negocios sin capital no es fácil.

Leadgate, vale la pena recordarlo, es el gerenciamiento de un fondo de inversión.

Hace pocos días un reconocido empresario nos decía:"el mayor pecado del Estado uruguayo fue asociarse con un fondo de inversión", eso es enexplicable agregó.

En las últimas horas, de algún modo se ha dejado entrever que podría aparecer el capital necesario.

Nosotros lamentablemente, tenemos la convicción que aunque aparezca, es demasiado tarde.

Es prácticamente imposible recomponer el deterioro interno; lo decíamos hace unos días, Leadgate es la parte más débil del contexto general de PLUNA; ha tenido el raro  mérito de lograr activar a la vez, todos los posibles elementos en su contra y los está padeciendo.

Una vez le preguntamos a Campiani porqué les costaba tanto reconocer errores y a pesar que nos dio una explicación muy convincente en el momento, en la práctica no lo han hecho jamás, al menos públicamente; sería bueno entonces que en esta etapa, en las que habrá que replegar las velas, vayan considerando la posibilidad de ponerlo en práctica, aunque más no sea como salvoconducto. Nos vemos.


Otros tiempos