o sea: “aquello en lo que nos han convertido muchas empresas mediante una estrategia muy simple: incorporarnos a su proceso de producción”, y añade: “Estas empresas nos transforman en miembros de su plantilla, nos hacen trabajar para ellas y nos pagan mediante un, teórico en muchas ocasiones, descuento en el precio del producto. Somos, en ese momento, en parte productores y en parte consumidores, de ahí el término ‘prosumidor”. 

Palabras más, palabras menos, esta era la introducción al tema de un artículo de Hosteltur en el que indica que se envíó a un total de 4 mil agencias, por parte de un grupo de gestión  que hace un año la venía utilizando a la interna de sus agencias, la presentación comparativa http://www.yotedoymas.com/

El artículo de referencia, trae al tapete el gran tema: agencias virtuales o agencias convencionales y es lo que nos proponemos analizar.

Cuestión de estilo o de gusto

Pret a porter y alta costura; fast food y alta cocina, podrían ser dos extremos dicotómicos que nos servirían de ejemplo para argumentar en el tema agencias virtuales vs. agencias convencionales pero, preferimos tomar en los mismos rubros, dos más comunes y corrientes: confección y medida por un lado y comida chatarra y cocina tradicional por otro.

Como es obvio, la "confección" y la "comida chatarra" vienen a ser las agencias virtuales y el traje de medida y  la cocina tradicional, las convencionales.

Las unas

Con el característico toque de oportunidad, lógica, integralidad y simplicidad del mundo web, aparecieron las online y produjeron un serio desbarajuste mundial.

Con la liviandad de la información actual, pasado el período de auge, se está comenzando a comprobar que no era tan avasallante la consistencia de estas nuevas propuestas.

Cuando escuchamos en la radio o en TV, los motivos que hacen bajar o subir las bolsas (que se resfrió el Presidente de un banco o que se murió el perrito de un Presidente de un país del Primer Mundo), aunque exageremos en el ejemplo, no podemos menos que sorprendernos al comprobar la estupidez humana a los extremos que ha llegado (la estupidez de los que seguimos el carro, no de los que lo conducen, que siguen facturando...).

Si bien no hemos hecho ningún análisis cientifíco sobre este tema, las canas y la memoria nos autorizan a inferir que con la aparición de las agencias virtuales pasó lo mismo que con la bolsa: ("oye, estos tíos se llevarán todo el mercado, mejor cerremos la agencia convencional y pongamos una web").

Las otras

Salvo en países como el Uruguay (extraño fenómeno el de la cantidad de agentes), en el mundo cerraron muchas agencias físicas, principalmente en los Estados Unidos,como respuesta directa a la aparición de las agencias virtuales.

Las que a pesar de todo se mantuvieron funcionando, en su gran mayoría se han puesto al día, han invertido en tecnología y en capacitación pero, el gran cambio que han tenido y que las posiciona mucho mejor, es el "aggiornamiento" de sus integrantes, sean propietarios o funcionarios.

Lenta pero firmemente, van recuperando terreno en los principales aspectos como con las aerolíneas y con sus clientes e inclusive, hasta se podría decir que han quedado mejor posicionadas que antes, veamos la causa.

Continúan brindando la garantía intransferible del face to face, además de las formales a las que las obligan las administraciones de sus respectivos países y por su sola presencia, también la que transfieren al cliente en la exactitud de sus recomendaciones y en el cumplimiento de los servicios.

Pero este período transcurrido, particularmente adverso, en el que poco menos pasaron a ser las hermanas tontas de la familia, viendo como se les esfumaban las comisiones por ventas de pasajes y como se les imponía el cobro del fee o arancel, no ha pasado en vano.

Las comisiones poco a poco van retornando y el fee o arancel está instalado.

Es de esperar que no se cometa nuevamente el error histórico de menospreciar el legítimo porcentaje de utilidad, en aras de un posicionamiento equivocado de márquetin y que además, se continúe cobrando el fee o arancel.

En la etapa que viene, más que nunca, los clientes apreciarán la idoneidad, la facilitación de los trámites inherentes a un viaje y lo que no es poca cosa, la financiación.

Si lo saben aprovechar, los agentes de viajes pasarán a recuperar el viejo prestigio, por calidez, en desmedro de la frialdad virtual. Nos vemos.

Imágenes: Hosteltur