Andes, a una altura de 3.650 metros, por lo que la materia prima no les ha resultado difícil de encontrar…

El paisaje es espectacular, parece que estemos sobre una inmensa llanura nevada con glaciares y otras formaciones que también parecen heladas, pero que son de sal. Aquí tenemos el Hotel de Sal, pequeño, sencillo, pero con baños privados, agua caliente y hasta calefacción ambiental.

Está construido con bloques de sal extraídos del salar, y la mayoría de los muebles (incluso la base de la cama) y hasta el billar están levantados sobre bloques salados como vemos más abajo.

 

Se realizan rutas turísticas por esta zona, con el atractivo de alojarse en una de las 15 habitaciones del Hotel de Sal, que también cuenta con comedor (¿seguro que las comidas no están nada sosas…), sala de estar y bar.

Durante las estaciones lluviosas, las paredes se refuerzan con nuevos bloques, porque de otro modo ya podemos imaginar cómo quedaría el hotel… Salado, ¿no?

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