por Sergio Antonio Herrera
Hay veces que algunos colegas deberían, además de chequear las
noticias, meditarlas antes de consignarlas ligeramente como lo hacen.
En el día de ayer, Ámbito Financiero publicó una noticia bajo el título
"Susto en vuelo de Pluna proveniente de Punta del Este".
En el artículo se dice que "Quienes viajaban en el vuelo 115 de la empresa Pluna, proveniente de Punta del Este, vivieron momentos de zozobra cuando la aeronave tocó ayer la pista del Aeroparque Metropolitano a las 12.25: el tren delantero se rompió quedando prácticamente sin dirección"
Luego habla de la pericia de los pilotos que lograron detener el avión "al final de la pista sin que se registrara ningún herido".
Pero el colmo del sensacionalismo es cuando compara esta maniobra con la protagonizada por el piloto de US Airways, cuando acuatizara un Airbus en el Río Hudson, en Nueva York.
La verdadera historia
El vuelo PU 115 procedente de Punta del Este, aterrizó correctamente en Aeroparque, el lunes a mediodía y una vez en tierra, la computadora del Bombardier indicó que existía una falla en lo que se puede indicar, para ser gráficos, como el volante de la nave.
El Comandante a cargo procedió de acuerdo a los manuales y a la instrucción recibida y una vez detenido el avión, solicitó remolque para llegar a posición en plataforma y comunicó la novedad al pasaje.
Una vez desalojado el aparato, se procedió a resetear la computadora del CRJ900, la falla no volvió a registrarse y el avión continuó en la operación normalmente.
La anécdota, contada por el propio Comandante, dice que en el simulador de Bombardier en Madrid, una de las maniobras para las cuales fue entrenado, fue precisamente ésta y alguien hasta llegó a decir que era muy improbable que ocurriese algo así. Sin embargo, el instructor les dijo: "puede ocurrir" y como está visto, ocurrió...
Pero, no se rompió tren delantero alguno; no hubo susto del pasaje porque en ningún momento hubo emergencia ni bruscas maniobras; no hubo "final de la pista" y solamente a alguien con fantasía desbordante, se le puede ocurrir comparar un incidente tan mínimo como éste con lo ocurrido en el Río Hudson.
Claro, habrá que averiguar como llega la noticia a este medio argentino, quien la provee, con que interés y la causa, por la cual fue redactada y publicada del modo que acabamos de ver.
Aquí no estamos hablando de especialización o conocimiento de la aviación comercial, estamos hablando de intencionalidad. Nos vemos.