No queremos extendernos en planteos teóricos y sí, en lo práctico y de nuestro tema que es el Turismo.
En materia de identidad y turismo no la tenemos fácil, muchos puntos en común con la
Banda Occidental, nos sitúan en inferioridad de condiciones, sobre todo por la mayor
exposición de nuestros vecinos e insuperables recursos. Los vinos y las carnes
serían un ejemplo de lo que decimos.
Pero no todo termina aquí. Tampoco con platos muy rebuscados de épocas préteritas,como la carbonada (sólo una vez la comimos en nuestra larga vida en Uruguay), aunque la disfrutamos en Bélgica como plato típico conocido como carbonnade o charbonnade flamande y menos con nuestras grapas y cañas.
A estar por los comentarios de los visitantes, el "chivito" es el plato que más sorprende y
atrae. Algo simple y popular, por lo que quizás no le damos la importancia que deberíamos
darle.
Un ejemplo serían las tortas fritas, tan ricas y populares. Pensamos que las mismas deberían
servirse en todas las mesas de desayuno en los hoteles, como hacen los españoles con los churros aún en los cinco estrellas, o los colombianos con las arepas en los restaurantes
de lujo. En la misma categoría deberían incluirse la rosca de chicharrones y los pasteles criollos.
Localmente muy popular pero casi desconocido internacionalmente es el fainá,
al igual que nuestros sándwichs de miga o finger sandwichs que han deleitado a más de un visitante en Roldós.
Dentro del tema, es curioso como algunos viajeros todavía traen en sus libretas de notas, indicaciones para comer en el Águila y Morini, señalando varios de sus platos más famosos. Bueno sería reincorporar estos platos a los menúes de distintos restaurantes.
Estas cosas, como los frankfurters de La Pasiva, los Ricarditos , EL Postre Chajá o los capelettis a la carusso, componen todos, nuestra mejor artillería gastronómica, dejando
algunos otros por el camino, se debe apostar a ello, porque el turismo también depende
de pequeñas cosas.
Solamente hay que saber mostrarlas, bien presentadas y con la convicción del anfitrión que
está ofreciendo lo mejor a su huésped. Todo sin necesitar inventar - dicho con todo respeto- queso con zapallito ni licor de salame chacarero y sino que lo digan los catalanes y su pantomaca.
En un foro mundial de turismo uno de los pesos pesados de la industria, de Estados Unidos
dijo que la mejor expresión de la cultura gastronómica de su país era presentar en un solo plato ingredientes de cuatro o cinco cocinas de diferentes partes del mundo...! pavadita de identidad!!
Observatour
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