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Jueves, 12 Marzo 2009 19:01

“No tenemos que inventar nada,sonamos como hace diez años”

 La mítica banda ensaya su regreso a los escenarios en el estudio Elepé. En ese cubo con aislación acústica los músicos descubrieron desde el primer día que la magia está intacta y que por lo tanto la reunión tiene sentido.

La intención es recrear en el festival Pilsen Rock los clásicos que hicieron a base de una paleta sonora heterogénea y acercar al público algunas versiones “peyoteras”.

El Peyote Asesino no descarta la posibilidad de grabar un nuevo disco de estudio.
 
¿Qué pasará después del Pilsen Rock? Es una pregunta que El Peyote Asesino no sabe o no quiere responder. La banda está concentrada en el presente y maneja su regreso con tanta cautela que despierta gran expectación en el público y la prensa. No salió anunciando giras, ni conciertos multitudinarios, ni discos con canciones inéditas. Muy por el con- trario. Encendió al público durante el último concierto de Bajofondo en el Teatro de Verano interpretando “Mal de la cabeza” y después pasó a integrar la lista del festival de rock duraznense. Es evidente que lo próximo será -o debería ser- un show exclusivo del Peyote.

En entrevista con Ultimas Noticias, Juan Campodónico, Carlos Casacuberta, Fernando Santullo y Daniel Benia, dijeron que no descartan la posibilidad de publicar un disco con material inédito. “Es una posibilidad, pero a veces está bien hacer foco en una cosa que tiene un presente muy claro y que no necesariamente contará con cincuenta mil etapas posteriores. Tiene sentido tocar, eso ya posee un valor inmenso en sí mismo”.

-Lo seguro es que la participación en el Pilsen Rock no será la única actuación del grupo. ¿Verdad?

-(J.C.) No lo sabemos porque en esta nueva etapa los hechos nos fueron llevando. En el concierto de Bajofondo la respuesta de la gente nos dio la energía suficiente para darnos cuenta de que podemos hacer un concierto. Si ese momento no hubiera existido esta reunión hoy no sería realidad. Fue un ‘clic’, ahí nos dimos cuenta de que para juntarnos no era necesario hacer un disco nuevo. Nos planteamos que sea algo orgánico y natural. Después del Pilsen Rock sabremos si queremos seguir como banda o si tenemos ganas de hacer otra cosa. Además, el público que va al festival es muy joven, veinteañero, habrá que ver qué pasa y cómo se toman la música. Es un experimento.

-¿Cómo fueron los ensayos?

-(J.C.) El día que montamos los instrumentos y los equipos había tensión porque no sabíamos si fluiríamos o no. Pero empezamos a tocar y fue como si no hubiera pasado el tiempo, sonamos como hace diez años. Ya desde el primer ensayo nos fuimos muy contentos y motivados, porque no había que inventar nada, estaba ocurriendo naturalmente.

-¿Van a hacer nuevas versiones de los clásicos? ¿Qué están preparando?

-(C.C.) Muchas canciones piden que las toquemos de manera fiel a como son y a como el público las conoce, porque tienen una personalidad muy propia y no envejecieron. Al mismo tiempo hay otras que nos dan ganas de hacerles cambios.

-(J.C.) El Peyote tuvo como tradición hacer versiones de temas muy conocidos. Tenía un sonido muy particular, si tocaba “Satisfaction” sonaba distinto. Esa es una de las novedades que habrá en nuestra actuación.

-(F.S.) Otra novedad es que tocaremos con Luciano Supervielle, su presencia nos permite musicalmente muchas posibilidades y reproducir en vivo lo que está en los discos. Antes no podíamos hacerlo y lo traducíamos a rock. Esta etapa del Peyote tendrá más matices. A Luciano lo tendríamos que haber incluido inmediatamente después de que grabamos ‘Terraja’ pero nos separamos tan rápido que no dio el tiempo de incorporar a nadie. Además las cosas entre nosotros no eran del todo fluidas.

-¿Cómo se redescubrieron hoy? ¿Qué tan cambiados están?

-(F.S.) Estamos un poco más ajados (se ríe).

-(C.C.) Pasamos por muchas experiencias y aprendimos a vivir y a convivir. Hoy somos capaces de interactuar de forma más tranquila. Se puede salir a respirar muchas veces.

-(J.C.) Antes todo empezaba y terminaba en esto, ahora todos tenemos varios proyectos musicales al mismo tiempo, y podemos hacer que el Peyote conviva armónicamente con lo demás.

-¿En qué cosas fueron vanguardistas?

-(J.C.) Para nosotros fue uno de nuestros primeros eventos como artistas. En cuatro años hicimos dos discos, pasamos de ser una bandita de amigos a tener un contrato con una disquera grande y a tocar en otros países. Fue una escuela y un lugar de experimentación muy importante. En mi caso personal marcó lo que hice después, ahí aprendí. Muchas ideas que desarrolló el Peyote eran tan nuevas para su momento que recién ahora en otros proyectos como Bajofondo pueden cuajar. Fue una fuente muy intensa, por eso los discos están muy actuales y no envejecieron.

-(F.S.) El Peyote fue el disparador de cosas que el rock uruguayo pudo hacer después de forma más organizada, que tienen que ver con lo artístico y con cómo te planteás el techo.

-(J.C.) Nosotros pertenecemos a la primera generación de inmigrantes uruguayos que volvió en masa al país después de la dictadura, trayendo experiencias distintas y una visión de Uruguay diferente porque lo vimos en perspectiva. Los mejicanismos del Peyote no eran porque imitáramos a Molotov sino porque habíamos vivido en México y era parte de nuestra cultura, lo mismo cuando hicimos hip hop, un género muy nuevo para Estados Unidos en ese momento. Entonces pienso que la banda refleja los cambios que surgieron en Uruguay en esa época. De hecho, Daniel y Fernando siguen en España y yo tengo un montón de proyectos acá pero también afuera.

-(D.B.) La manera de trabajar era vanguardista. Ni bien pudimos montamos un estudio para experimentar con sonidos. Al punto que las canciones del Peyote no las podés tocar con una guitarra, no hay manera de hacerlo.

-¿Qué tan difícil era hacer música en aquellos años?

-(C.C.) Nos costaba trabajo, primero porque no había muchos lugares para tocar y segundo porque éramos raros, no encajábamos. La mitad de los temas le podía gustar a los metaleros, pero la otra mitad seguro que la iban a odiar. Con cada segmento y con cada tribu en particular podíamos hacer algo en conjunto. Teníamos capacidad de decirles a Los chicos eléctricos para hacer un show y a la semana siguiente tocar con Exilio psíquico o Abuela Coca. Pero eso funcionó.

-¿Se arrepintieron de haber dejado aquel proyecto en forma tan abrupta?

-(C.C.) Es muy difícil discutir lo que podría haber sido. Yo tengo la sensación de que no era posible seguir y de que nos hizo bien separarnos aunque hayamos dejado por el camino algo potencialmente muy valioso. Ahora volvemos y tenemos la capacidad de hacer cosas que quizás antes no podíamos.

-¿Por qué no les fue posible seguir?

-(F.S.) Todo pasó muy rápido y con un nivel de compromiso altísimo. Eso generó fricciones internas pero también con el mundo exterior. Fue algo inherente a nuestro proceso. Se nos fue complicando, no había nadie que tuviera el control real de la situación.

-(C.C.) Fue un momento de gran estrés a nivel personal y con respecto al proyecto a nivel musical.

La música refleja eso. Fue la característica del Peyote: ardió muy fuerte y se quemó. 

Fuente:www.ultimasnoticias.com.uy