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Jueves, 19 Marzo 2009 19:08

Humilde pero limpito

 Un informe del Banco Mundial presentado hoy en la Cámara de Representantes, analiza los efectos del cambio climático en Uruguay, y valora sus iniciativas en pro de un desarrollo no contaminante. John Nash, economista de BM, ponderó los proyectos ecológicamente amigables.
Uruguay, a pesar de ser uno de los países de la región con una de las matrices energéticas más limpias (80% de energía hidroeléctrica en épocas de alta disponibilidad), ya padece los rigores propios del cambio climático global que se verifican en las extremas variaciones del clima, señala un informe del Banco Mundial presentado este jueves en la Cámara de Representantes.

John Nash, Economista Líder de la región de América Latina y el Caribe del Banco Mundial y autor del estudio, explicó los alcances del mismo .

El informe indica queUruguay forma parte de un pequeño grupo de países —junto con Costa Rica, El Salvador, Honduras y las naciones caribeñas— cuyas economías son de baja intensidad de carbono, con una huella de carbono por unidad del PIB menor a 40 millones de toneladas de dióxido de carbono por año.

Este grupo aporta a la atmósfera menos de 250 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, alrededor de 0,55% de las emisiones globales, dice el estudio “Desarrollo con menos carbono: respuestas latinoamericanas al desafío del cambio climático”, presentado este jueves en Montevideo.

Sin embargo, y según el estudio del Banco Mundial, se han observado cambios en los patrones de precipitaciones, con algunas áreas recibiendo más lluvias, como ha ocurrido también en el sur de Brasil y Paraguay, el nordeste de Argentina y el noroeste de Perú, por ejemplo.

De acuerdo con Carlos Colacce, ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Uruguay, “el informe es un insumo muy importante para las medidas que el país está tomando, no sólo para la cuantificación de los impactos del cambio climático, sino también para la identificación de las medidas de mitigación que deben ser acordes con el desarrollo sostenible”.

La investigación confirma la existencia de indicadores en América Latina y el Caribe que demuestran inequívocamente el calentamiento progresivo del sistema climático regional.

“Los últimos episodios climáticos ocurridos en Uruguay, como por ejemplo la sequía más intensa que se haya registrado en las últimas décadas y las lluvias torrenciales que se han padecido, forman parte de una tendencia climática general en América Latina, que sugiere que habrán desastres naturales más frecuentes y más fuertes en la región. Es decir, más sequías, más lluvias torrenciales, más vientos intensos y mayores tormentas de granizo”, explicó John Nash, economista del Banco Mundial y uno de los autores del estudio, junto con Augusto de la Torre y Pablo Fajnzylber.

Pero al igual que otros países de América Latina y el Caribe, un desarrollo con menos emisiones es posible en Uruguay, según el informe de la institución multilateral, ya que el país posee un gran potencial de mitigación en el sector agropecuario, asociado al despliegue de prácticas agropecuarias mejoradas, así como a medidas para mejorar el almacenamiento de carbono en los suelos o en la capa vegetal, dice el estudio.

“Desarrollo con menos carbono: respuestas latinoamericanas al desafío del cambio climático” concluye que en Uruguay y en la región hay medidas que son ecológicamente amigables y que hacen sentido económico a la vez. Entre ellas se sugieren:

• Aumento de la eficiencia energética
• Reducción de la deforestación evitable
• Mejoramiento de los sistemas de transporte público
• Desarrollo de las fuentes energía renovable, especialmente la hidroeléctrica
• Mejora en el manejo de los residuos sólidos
• Desarrollo de biocombustibles sustentables en aquellos países con ventajas comparativas

Las emisiones de metano provenientes del ganado son, de acuerdo al informe, una gran fuente de emisiones agropecuarias en la región. Las medidas para reducir las emisiones del ganado involucran un cambio en las prácticas de alimentación, uso de aditivos dietéticos, criar especies y manejar el ganado con el objetivo de mejorar su productividad y minimizar las emisiones por unidad de producto animal.

Otro enfoque que recomienda el estudio en el caso de los animales confinados en áreas pequeñas, como los porcinos y el ganado lechero, es el uso de biodigestivos para procesar los deshechos y capturar el metano para su uso posterior. En México y Uruguay ya existen proyectos de este tipo, señala el informe.

Uruguay es uno de los cuatro países en desarrollo que ha cumplido con entregar dos comunicaciones nacionales a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFFCCC, por sus siglas en inglés) y tiene en preparación un tercer informe, previsto para entregarse este año.

IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN AMÉRICA LATINA

Los ecosistemas de América Latina y el Caribe ya están sufriendo los impactos del cambio climático, afirma el estudio. Las temperaturas en la región se han incrementado en 1° C durante el siglo XX, mientras que los niveles de elevación del nivel del mar han alcanzado 2 a 3 mm/año desde la década de los ochenta.

El calentamiento y eventual deterioro de los ecosistemas montañosos de los Andes, la decoloración de los arrecifes de coral y el probable colapso del medio ecológico en la cuenca del Caribe, el daño a vastas extensiones de pantanos y sistemas costeros asociados en el Golfo de México, y el riesgo de muerte regresiva de los bosques de la cuenca del Amazonas, son algunas de las principales manifestaciones dramáticas del cambio climático que se perciben actualmente en la región, advierte la investigación.

Los cálculos del costo macroeconómico de los desastres naturales climáticos sugieren que, en promedio, cada uno de ellos causa en América Latina una reducción del 0,6% del PIB real per cápita.

No obstante, a medida que el cambio climático se vaya intensificando, más serias serán las consecuencias en el futuro, dice la investigación. Si se mantienen las mismas tendencias actuales, el aumento de temperaturas en la región puede oscilar entre 0,4° C y 1,8° C para el 2020 y entre 1° C y 4° C para el 2050. Estas proyecciones también pronostican cambios en los patrones de precipitación en toda la región. Entre un 47 y 100% de las zonas de mayor riesgo de inundaciones en Argentina, Perú y Uruguay tendrán una exposición aún mayor a precipitaciones intensas.


Fuente:www.montevideo.com.uy