Buenos Aires, como Londres, New York, Roma, Madrid o París -entre muchas otras ciudades-, también tendrá un bus turístico a cielo abierto. Se trata de un colectivo de dos pisos sin techo que completará un recorrido organizado en base a 12 paradas que unirán Plaza de Mayo, Congreso, San Telmo, La Boca, la Reserva Ecológica, Puerto Madero, los bosques de Palermo y Plaza Italia, entre otros puntos. Y en cada parada los pasajeros podrán subir y bajar cuantas veces quieran. Así tendrán la chance de visitar los barrios y los íconos que representan a la Ciudad.

En total habrá seis micros que estarán decorados con algunos de los símbolos que identifican a Buenos Aires: tango, deportes -imágenes de fútbol y polo-, bares, libros y librerías, diseño y arte contemporáneo. Los usuarios tendrán la chance de pagar un boleto de uno o dos días, de uso ilimitado. ¿El precio? $ 25 y $ 35 respectivamente, sin distinción para los extranjeros.

El servicio se presentó días atrás, por el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, en el Rosedal. El funcionario aseguró que el bus funcionará desde el 23 de abril. Pero antes la Ciudad planea organizar paseos gratuitos para los vecinos. Todavía falta definir cuándo serán.

El permiso para explotar este sistema hop on-hop off, que le pertenece a la Comuna, tiene una historia larga y sinuosa. Porque ya en 1998 se hizo un primer llamado a licitación que, envuelto en polémicas, demandas y acusaciones, quedó desierto. En 2007 el entonces jefe de Gobierno, Jorge Telerman, reflotó el tema. En noviembre se le preadjudicó a una UTE, conformada por Flecha Bus y Rotamund, la autorización para implementar el servicio. La empresa de micros traslada al plantel de fútbol de Boca desde los tiempos en que Macri era presidente del club y la operadora turística -cuyo presidente es Roberto Petti, un hombre muy cercano al presidente de la AFA Julio Grondona- es la que organiza los viajes de la Selección argentina y comercializa los paquetes para asistir a los mundiales de fútbol.

Con el cambio de gobierno, y una serie de impugnaciones que otras empresas presentaron ante la Justicia, la adjudicación se demoró hasta agosto de 2008. Por concepto de canon, la UTE le pagará al Gobierno porteño el 25% del valor de cada boleto. "El contrato es muy específico, el dinero se debe depositar en una cuenta destinada a la promoción turística de la Ciudad", le dijo a Clarín Gustavo Garófalo, de Rotamund. En función de la demanda, las empresas podrán utilizar más buses y sumar recorrido. Por ejemplo, que lleguen hasta Belgrano o Palermo Soho.

Como símbolo de la gestión de Mauricio Macri, los colectivos también llevarán el amarillo furioso en sus carrocerías. "Para diferenciarnos de otros buses del mundo apelamos al concepto temático, como una forma de vender las opciones que ofrece la Ciudad", explicó ayer el ministro Lombardi, quien además es el director del Ente de Turismo porteño.

Cada metrópoli tiene en sus buses un sello propio. En Londres se los puede ver con el diseño que caracteriza al transporte público en esa ciudad inglesa. En Chicago (Estados Unidos) tienen aspecto de tren, son gratis y también los aprovechan los locales para moverse de un lugar a otro. En Buenos Aires, en pleno clima preelectoral, el desafío del bus será surfear los piquetes, los cortes y las manifestaciones.

En base a: Clarín.Com