por Sergio Antonio Herrera
Hace un tiempo atrás, en un reportaje radial en Nuevo Tiempo, de
Alejandro Camino a Víctor Hugo Morales, éste, con su proverbial e
inteligente poder de síntesis, decía que el mundo actual se había
convertido en un escenario muy especial.
Indicaba Víctor Hugo que en una carpa imaginaria se situaba un 10% de la población mundial y que allí dentro se celebraba la fiesta de la vida.
Afuera, mientras tanto, había quedado el resto.
"Entonces, como en nuestra adolescencia, algunos de los que logramos entrar a la fiesta, tratamos de facilitar que entren también, algunos de los nuestros que quedaron fuera o en su defecto, intentamos alcanzarles algún sandwichito o algún vaso de algo".
El problema, es que son tantos y tantos quienes han quedado afuera que, por más buena voluntad que muestren algunos pocos como Morales, a la inmensa mayoría no les llega ni noticias del sandwichito ni del
vaso y entonces, entran a la carpa a como dé lugar, por las buenas o por las malas, a saciar su hambre y su sed, no sólo de alimento.
Entonces quienes compartimos la carpa, comenzamos a ponerle reja alrededor.
El asunto es que la reja no alcanza y el objetivo de la carpa es cada vez menos asediado, únicamen por hambre o por sed, la idea, como se ve, es estropear la fiesta; "si no hay lugar para nosotros, ustedes no se la llevan de arriba" sería el mensaje.
Tal vez haya llegado la hora definitiva de barajar nuevamente y dar de nuevo. Nos vemos.
foto: El País.