a esa hora y por ese lugar, trotaba sin guardaespaldas. Sucedió hace un par de meses cuando llevaba a Santiago en mi auto rumbo al aeropuerto. Santiago es colombiano y periodista. Vive en Bogotá y estuvo unos días de vacaciones en nuestro país. "¿Pero Uruguay y Argentina no están atravesando por un conflicto diplomático?", me preguntó. Sí, hace cuatro años, le respondí, y agregué: pero eso qué tiene que ver. "Que parece una broma o una puesta en escena, lo que vimos recién". ¿Por qué? "En ningún lugar del mundo un embajador de un país que tiene un conflicto internacional anda corriendo en short tranquilamente por uno de los lugares más transitados de la capital de la nación con la que mantiene el diferendo. Seguro que todos los que estaban cerca de él eran personal de seguridad", acotó.
Convencerlo de que no era así, de que Patiño Mayer hacía ejercicio solo, sin guardias, me insumió el trayecto que va desde el puente sobre el arroyo Carrasco hasta el estacionamiento del aeropuerto. Y aun así le costó salir de su asombro. "Oye, Uruguay es increíble", me dijo, mientras lo acompañaba hasta la puerta de embarque. ¿Por qué? "¿Tú te imaginas al embajador de Ecuador o del Perú, con quienes Colombia suele tener encontronazos serios, haciendo ejercicio, sin escolta y en ropa deportiva por alguno de los parques o avenidas de Bogotá?". Aquí también el tema de la seguridad se ha vuelto un problema muy serio, comenté. "No me refiero a los asaltos y a los robos; sino a la actitud de la gente. En mi país le harían el paseo imposible, lo insultarían o quién sabe que le sucedería; lo que acabo de ver reafirma algo que siempre sostengo: los uruguayos siguen siendo educados y tolerantes".
La frase de Santiago me vino a la mente, cuando leí, días pasados, la carta de Patiño Mayer que publicó La República y en la que, una vez más, se entrometió en asuntos nuestros. Patiño calificó allí, de imprudente al Dr. Jorge Larrañaga. Una salida más del poco diplomático embajador que representó en Montevideo a Carlos Menem, a Eduardo Duhalde, a Néstor Kirchner y ahora a Cristina Fernández de Kirchner.
También recordé a mi amigo colombiano, al enterarme de que los asambleístas de Gualeguaychú resolverán, la semana próxima, si habilitan o no el Puente de Fray Bentos, para que los uruguayos que residen en Argentina puedan venir a votar el 28 de junio. Creo que Santiago tiene razón: los uruguayos seguimos siendo muy tolerantes y educados. ¿No le parece?
Fuente: El País Digital