Allí, más de 200 pasajeros del vuelo 1303 soportaron más de 24 horas de demora. "La reprogramación estaba prevista, y la mayoría de los pasajeros fueron avisados con tiempo, pero hubo un grupo al que no se pudo localizar y que sólo se enteró de la noticia cuando llegó al aeropuerto", explicó Molina.
Algunos pasajeros intentaron registrar los mensajes de los responsables de Aerolíneas Argentinas con sus cámaras de filmar, pero esto fue impedido por personal del Aeropuerto Internacional de Miami, por razones de seguridad.
Según el vocero de la empresa, la aeronave, un Jumbo 747 con capacidad para alrededor de 400 personas, estaba en condiciones de partir, pero debido a un alerta en el control de rutina de último momento el vuelo debió ser postergado nuevamente, por dos veces.
"La política de seguridad de la empresa no está en discusión. Entendemos que un pasajero se moleste cuando su avión se retrasa y no sale en el horario prometido, pero desde la compañía siempre se intenta dar respuesta a los inconvenientes que provocan este tipo de problemas. Por eso, las personas que no fueron alertadas de la reprogramación inicial fueron trasladadas a distintos hoteles en las cercanías del aeropuerto para pasar la noche, con todos los gastos incluidos", agregó Molina.
Una gran cantidad de personas incluso aseguraba haber perdido la conexión con otros vuelos. "Esto es inevitable que suceda; siempre que un vuelo se retrasa, hay un grupo de pasajeros que pierde una conexión, y también en ese tema intentamos brindar asistencia -dijo Molina-. Pero para la mayoría de los pasajeros que toman el avión en Miami, Buenos Aires es su destino final, con lo cual estimamos que habrá sido sólo un pequeño contingente el que perdió la conexión."
Aerolíneas Argentinas protagonizó en estos últimos meses también una serie de incidentes de similares características en una gran cantidad de vuelos de cabotaje.
Fuente: La Nación