Carlos Santo

Que yo sepa, el Ministerio nunca presentó públicamente un paquete elaborado en base a criterios estratégicos técnicamente validados, ni dijo “vamos a traer tanta gente de tal mercado haciendo esto”, ni mostró los números que confirmaran el éxito de sus previsiones y planes. Cuando lo haga, podremos sumarnos a la felicitación.  

“ HL: - Usted dice que no existen políticas de Estado y yo no estoy de acuerdo, hay cosas que se están haciendo muy bien, hay temas en los que se trabaja con mucho criterio y bastante experiencia. 

Al decir que no hay Políticas decimos lo que creemos es verdad, pero no afirmamos que en el Ministerio no se haga nada bien ni se tenga mucho criterio. No nos queda claro lo de bastante experiencia, ni tenemos idea de cómo se puede haber adquirido en tan corto lapso; máxime sobre la base de la afirmación de que no hay especialistas de verdad en el país. No muy especialistas, nuevos en la cosa a nivel de gobierno nacional, y en dos años bastante experientes: eso sí que es tenerse fe.

Me detengo en el tema de la Política de Estado. De las palabras del Ministro se extrae que existe no una sino varias políticas de Estado en Turismo, lo cual -de ser así- sería malo, porque ¿cuál seguiríamos? Hasta donde yo sé, Política de Turismo sólo puede haber una, y para que una política sea de Estado se tienen que dar por lo menos tres extremos: tiene que estar expresada en documentos públicos, debe ser consensuada con todos los espacios político institucionales que forman parte del Ámbito que regula, y debe prolongarse en el tiempo, traspasando mandatos gubernamentales.

Respeto la opinión del Ministro, y me quedé en el país toda la Dictadura peleando para que -en el error o el acierto- cada uno pudiera expresar libremente la suya; pero no consigo distinguir siquiera uno de esos extremos que -sólo si estuvieran los tres- sostendrían su aserto.  

El hombre sólo recibe comentarios favorables y habla de cosas que yo no veo. Me voy a comprar el bastón blanco y colgar el cartel de amargo.   

Preguntado acerca de por qué no estamos en época de invertir en planes de Marketing y sí  abiertos a inversiones en campos de golf y puertos deportivos, el Dr. Lescano respondió: “¿Y quien dijo eso?” Replicó el Portal: Seguramente usted no lo hizo, pero, tenemos la versión que esa afirmación salió desde dentro del Ministerio.

-           No tengo la menor idea.

Yo no soy periodista, soy especialista en turismo (de mentira, porque de verdad parece que no hay), y ciego, pero sí sé; y ahora lo sabremos todos.

Se lo dijo el Asesor Liberoff, en su despacho, entre las 9 y las 10 de la mañana del 17 de febrero de 2006, a los Consultores catalanes que le traían la propuesta de un programa de cooperación técnica destinado a la puesta al día y relanzamiento de los Lineamientos estratégicos, Planes de acción, de Marketing global y por producto, resultantes del Programa bianual que habían llevado adelante con reconocimiento unánime en la década del 90’;  tal como había sido acordado por ambas partes en su encuentro durante FITUR.   

La primera muestra de que lo que digo es cierto se llama Altos del Águila, mientras de Planificación y  Marketing no hay nada. ¿Por qué será?

“HL: - ... que digan que Liberoff es el que decide todo es una inexactitud muy grande...”

Si es así:

1) ¿Por qué en 2005 los hoteleros de Rocha presentaron institucionalmente un plan de turismo social que les permitía pagar deudas con el Banco República, con beneficio para ambas partes, el Asesor lo bochó, y -salute Pepe- no hubo tal cosa?

2) ¿Por qué a fines del año anterior Uruguay no presentó solicitud alguna relativa a Turismo en la Comisión Mixta con AECI celebrada el 24 de  noviembre en Madrid, siendo que -con tiempo suficiente- las más altas jerarquias ministeriales supieron de boca del suscrito que existía voluntad de la contraparte por cooperar en Turismo? Amplío la información: como el Ministerio no estaba al tanto de la oportunidad, ni tenía posibilidad de redactar rápidamente  un proyecto estructurado según el modelo de estilo y con temática aceptable por el dador, entregué personalmente al Sr. Subsecretario uno que permitía adelantar la solicitud genérica y reservar para el Turismo una porción de la cooperación a ser obtenida de España. Nunca se presentó el mismo a Relaciones Exteriores, ni a OPP, ni se hizo gestión alguna, por no contar con el visto bueno del Asesor. Puede el Ministro consultar al Sr. Prandi, al Asesor Liberoff, y al Dr. Chiparelli. Todos están al tanto de lo que afirmo, y yo tengo los documentos que necesito para hablar con esta tranquilidad.

3) ¿Por qué tenemos aburridos a los lectores diciéndoles cada una de las muchas veces que hemos preguntado por las cifras invertidas por el MINTURD en Publicidad? ¿Por qué dos semanas después de que el Ministro se comprometiera a hacerlas llegar al Portal, seguimos sin conocerlas?

Ni el Ministro ni Director General de Secretaría las tienen: el Asesor maneja ese tema, y no da a nadie una información que es pública y debería ser publicada, sin mediar pregunta, por cualquiera que maneje dinero de todos. La pregunta entonces es :¿Cuál es el problema? 

4) Algunos funcionarios del Ministerio, que conocen de administración pública, acatan a regañadientes las directivas del Asesor, pues en su condición de tal carece de atribuciones administrativas para dar órdenes. ¿Las da o no las da?  ¿Es Asesor o Director?

Habría más, pero esto ya está largo, y además es innecesario abundar. Puede que lo que digo no sea toda la verdad, pero es una buena parte, una descripción bastante exacta de buena parte de la realidad; una lista de indicios consistentes y coincidentes entre sí y (vox pópuli, vox Dei) con la opinión generalizada en el Sector.  Yo no lo llamaría exactamente “una inexactitud muy grande”.

No me gusta escribir este tipo de notas. No me gusta tener que exponer a alguien a quien aprecio. La dejé para el final, porque preferí dar antes todo lo que de positivo tenía para dar, tratando de colaborar con la actuación del Ministro y su Administración. Creo que esto es también positivo, aunque suene feo.

El tema es que, además de dar opiniones (todas respetables, algunas compartibles), el Dr. Lescano, dicee cosas con las que no coincidimos y que ya tuvieron su respuesta, pero también acusó al Portal de ser excesivamente duro en sus críticas, dar opiniones infundadas y ser inexacto en sus afirmaciones.

Creo haber ido demostrando, prolijamente y con altura, lo poco feliz de las dos primeras aseveraciones. No tuve otra forma de hacerlo con la última que sacando a relucir cosas sobre las que todos podemos opinar, pero que se ajustan a hechos que nadie puede negar.

Agotado tras siete artículos el análisis del reportaje al Dr. Lescano (también el autor, y probablemente los lectores), seguramente reciba sugerencias de volver a mis columnas esporádicas. Veremos de qué trata la próxima y cuándo sale.  

Hasta entonces, y gracias por la paciencia.