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Miércoles, 12 Agosto 2009 05:43

Para matar el curro, hay que alentar el profesionalismo

por Sergio Antonio Herrera
Afortunadamente en la región, soplan vientos renovados. Todo parece indicar que el periodismo turístico cada vez más, será una digna profesión y cada vez menos, un curro. Vivimos en naciones subdesarrolladas que son a su vez, destinos de turistas de primer nivel (económico) lo cual trae añadido todos los antojos, excentricidades y exigencias y cada día se hace más necesario esa atención, en forma si se quiere, de control, que solo puede ejercer la prensa.
 

Por aquí, padecemos, enormes desentendimientos entre los Estados y la actividad privada y en definitiva, ofrecemos servicios con unos altibajos impresentables que postergan llegar al objetivo deseado por todos: multiplicar los ingresos de divisas, enancado en un aumento constante del flujo de los grandes mercados emisores.

Rara vez, salvo contadísimas excepciones, había interés periodístico en investigar e informar acerca de estos aspectos.

Hasta que llegó la prensa digital.

En nuestro país por ejemplo, el periodismo turístico ha ido sumando representación, a partir de la democratización implantada tácitamente por Internet.

Los periodistas descriptivos y los especializados en actividades conexas (gastronomía, enología, caza, pesca, camping, etc.) seguirán teniendo sus espacios como históricamente pero, está llegando la hora del periodista turístico de análisis, o del integral, para mejor definirlo.

Comenzó a cortarse el círculo vicioso generado históricamente por los medios masivos que estuvieron de espaldas a la profesión.

Sobre turismo, generalmente escribían y aún lo hacen, o hablaban y aún hablan, periodistas de cualquier disciplina, sobretodo de economía y cultura (nada que ver entre si); en su defecto, también lo hacen los ejecutivos del departamento comercial y lo que ya es bastante lamentable pero existió y aún sigue existiendo, los miembos del directorio o peor aún, sus parientes.

¿Cuál era la razón?, obviamente los viajes, las invitaciones de los gobiernos, las aerolíneas o los operadores; los codiciados fam press.

"¿Mi amor, te querés ir a Miami el mes que viene?"

Desde tiempos inmemoriales, todos aquellos que queríamos escribir o hablar sobre turismo, nos veíamos obligados a emprender nuestras propias producciones y entonces, colaborábamos de modo excelente con los dueños de las imprentas, los fabricantes de papel, o con los dueños de radios y canales de TV, a la vez que nosotros nos íbamos endeudando pagando "pisos" de coproducciones, por anticipado el papel, las "chapas"y otras yerbas.

Una de las primeras metas que se ha fijado el reactivado CI.P.E.T.UR. es la capacitación.

También la defensa de la profesión, la promoción de la generación de fuentes laborales y la reparación de una carencia increíble, la acreditación, el famoso carné de prensa.

La atracción que tiene el mítico carné de prensa entre los viajeros frecuentes es increíble; si algún día se pudiera contabilizar y difundir la suma total de documentación falsa que se ha emitido en este país, nadie lo podría creer.

"Che, el mes que viene me voy con la patrona a Europa, conseguime un carné de prensa así entro gratis a los museos y tengo descuentos en hoteles y transporte..."

Si no aparecen los imponderables, en el futuro cercano el Uruguay contará con un buen número de nuevos periodistas turísticos, pero, para llegar al Carné, deberán sudar la gota gorda o, mejor expresado: deberán capacitarse de verdad.

El turismo en el Uruguay, es la segunda actividad económica detrás de la agroindustria.

La prensa uruguaya necesita analistas, investigadores, entrevistadores, que sepan, que tengan claro, que es, esta actividad, sus aspectos salientes al menos, como se organiza, quienes son sus protagonistas, las modalidades, en fin, el ABC de cualquier sector.

La primera vez que me tocó entrevistar al Gerente General de PLUNA, Matías Campiani, cuando recién se estaba acomodando en el sillón de su privado en la casona de Carrasco, allá por setiembre de 2007, en medio de la charla que llevaba más de una hora, mirando a su asesor de prensa le dijo: "¿te das cuenta que fácil es hablar con alguien que entiende? a él no tengo que explicarle que el 767 es el grande y el 737 el más chico...". Nos vemos.